EL TEMPLO QUE ORA
Números 14:11-25
“Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión.” (V.24)
No hay nadie que quiere tener preocupaciones. Desde pequeño se han grabado con las incredulidades y de esas raíces viven con ansiedades y vacío. Todo esto es el estado espiritual que les trae las preocupaciones, ansiedades, quejas y críticas. ¿Qué debemos hacer con estas preocupaciones y ansiedades que se han vuelto nuestra naturaleza?
1. Aferrémonos a Dios que está obrando ahora
Dios Trino es viviente y está cumpliendo sus obras ahora. Cuando meditamos en nuestra identidad y potestad como hijos de Dios dada por Él entonces no será necesario tener preocupaciones. Los ángeles y el ejército celestial ejecutan la voluntad de Dios y las tinieblas son quebrantadas. Cuando disfrutamos personalmente la bendición del trono celestial entonces no será necesario tener preocupaciones.
2. Pongamos nuestros ojos ante Dios que restaura lo prometido
Dios a través de Jesucristo abrió el camino de la salvación. El hijo de Dios salvo puede disfrutar el reino de Dios el día de hoy y en su vida. Él nos guía con su Espíritu Santo y junto con nosotros escucha de nuestras oraciones.
Hay muchas personas que están sufriendo y enfermos del corazón y pensamiento con un espíritu desolado. Fue dada la misión a los hijos de Dios y la Iglesia para salvar a este mundo con el evangelio.
Dios, abre nuestros ojos para ver tu voluntad y tu plan absoluto. También que podamos prepararnos como Iglesia para esta misión. Oramos en el nombre de Jesucristo. Amén.
2º Culto de la Iglesia Emanuel | 29.11.2020