DESAFIÉMOS EN LO QUE DIOS DESEA
Hechos 1:14
En el campo nos encontramos con muchas situaciones que a veces son dolorosas o que no concuerdan con nosotros. Moisés también pasó por esto. Dios le dijo a Moisés que presentara ante Faraón, algo que estaba en completa oposición con sus pensamientos. Aunque Moisés carecía de fuerzas, obedeció y se presentó ante Faraón. Más tarde, descubrió todas las respuestas de Dios. Nosotros también debemos afrontar el desafío que Dios desea recibiendo el poder y el misterio de su reino. Este es el desafío de sanar a las personas que están atrapados en las trampas, los moldes y los lazos de Satanás y los doce problemas creados por él. ¿Cómo se puede lograr esto?
1. La mayor oración
Las personas que estaban reunidas en el aposento alto de Marcos parecían no tener ningún valor a ojos del mundo. Sin embargo, se aferraron al pacto de Cristo en el Calvario, el reino de Dios en el monte de los Olivos, y la llenura del Espíritu Santo y comenzaron a orar en el aposento alto de Marcos. No tenemos que ser personas que tratemos de solucionar los problemas, por el contrario tenemos que frente a los problemas ser personas que oran. Cuando disfrutamos “24 horas” de la vida del evangelista mediante la plenitud del Espíritu Santo el poder de Dios, que es “25 horas”, se revelará en el campo. Por último, el campo cambiará con el poder de la eternidad.
2. El mayor evangelismo
Recibiremos respuestas por adelantado si confirmamos el pacto de Dios. Pedro se aferró al pacto de Dios y confirmó la respuesta de las obras del Espíritu Santo por adelantado en el aposento alto de Marcos (antes del campamento: Hechos 2:1-47). Después, fue al campo de evangelismo y levantó a un hombre cojo (campamento: Hechos 3:1-12). También levantó discípulos donde quiera que fuera (después del campamento: Hechos 13:12). Más tarde, Pablo levantó a la siguiente generación entrando en las sinagogas (campamento de la cumbre: Hechos 17:1, 18:4 y 19:8) y envió cartas para que la misión llegara a todos los lugares (campamento misionero). Asimismo, se aferró al pacto para salvar a Roma
3. El mayor movimiento de edificación
Debemos convertir nuestro campo en una casa de misión. En esta época en la que las iglesias están cerrando sus puertas y los templos de idolatría experimentan un avivamiento, debemos pelear en la guerra espiritual construyendo una iglesia que salve a las 237 naciones. También debemos establecer un RUTC en cada región para levantar Remanentes que revelarán evidencias en esta época. Las promesas de Dios no cambian. El pacto que Dios nos ha dado es eterno y se cumplirá con toda seguridad. Aferrémonos a ese pacto y desafiemos hoy.