EL DISCÍPULO ABSOLUTO QUE RESTAURARÁ EL EVANGELIO

Hechos 1:1, 3

Un evangelio diferente, incorrecto y decadente se ha propagado por todo el mundo. Si no se levantan las obras correctas del verdadero Evangelio, el mundo seguirá centrado en sus pensamientos e ideas anticuadas, hábitos arcaicos y viejos campos. Dios nos ha llamado como discípulos absolutos para restaurar el Evangelio. Debemos saber que nada funciona si se aparta del Evangelio absoluto. Por eso debe levantarse el movimiento del Evangelio. ¿Cuáles son las condiciones del discípulo absoluto que restaurará el movimiento del Evangelio?

1. Un Remanente sin excusas

Un Remanente que tiene el Evangelio que salva al mundo no puede refugiarse en excusas porque Cristo solucionó todo en el monte Calvario (Hechos 1:1). El Remanente que se aferre a este pacto experimentará cómo el Reino de Dios se establece donde quiera que vaya (Hechos 1:3). También recibirá poder y se convertirá en un testigo hasta el fin del mundo cuando el Espíritu Santo venga sobre él (Hechos 1:8). Las personas que recibieron este pacto en el monte de los Olivos se reunieron en el aposento alto de Marcos para perseverar en oración (Hechos 1:14). No tenían ninguna otra razón importante para juntarse. Del mismo modo, todo lo que necesitamos hacer es esperar mientras nos aferramos al pacto y luego desafiar.

2. Un Remanente que entiende la razón

Los siete Remanentes de la Biblia, los discípulos en Babilonia y los miembros de la Iglesia Primitiva entendieron la razón por la que necesitaban compartir el Evangelio con las naciones poderosas. Por eso, Dios obró a través de sus vidas. Conocían la corriente de las Tres Fiestas (Pascua, Pentecostés y Cosecha) y el significado de los tres incidentes del monte Calvario, el monte de los Olivos y el aposento alto de Marcos. La asamblea de las personas que entendieron estas verdades en la Iglesia Primitiva fue un encuentro distinto. Las obras se levantaron cuando se esparcieron por el territorio. Por último, las obras asombrosas de reproducción surgieron a través de sus vidas.

3. Un Remanente que posee una razón diferente

Un Remanente entiende el motivo por el cual la imposibilidad absoluta puede convertirse en una posibilidad absoluta. En el nombre de Jesús, Pedro sanó a un hombre cojo a quien nadie más podía curar (Hechos 3:1-12). Felipe proclamó el Evangelio en un lugar donde nadie más podía ir (Hechos 8:4-8). Desde que Pablo fue comisionado como misionero, no solo sanó enfermedades incurables para el resto (Hechos 13:5-12), sino que también curó a personas que estaban endemoniadas, que padecían enfermedades mentales (Hechos 16:16-18) y enfermedades que no podían tratarse con medicamentos (Hechos 19:8-20).

Oración del evangelista. Querido Dios, sabemos que solo es posible con el Evangelio absoluto. Por eso, úsanos como discípulos absolutos para este movimiento del Evangelio.