UNA OPORTUNIDAD
Daniel 3:16-18
No importa el tipo de dificultades al que nos enfrentemos. No hay motivos para sentir temor porque las dificultades que Dios permite son oportunidades para experimentar Su poder y Sus obras. Satanás controla a los principados (la política), las potestades, los gobernadores de las tinieblas de este mundo y las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes (Efesios 6:12). Satanás nos engaña para que sintamos miedo cuando somos movidos. Sin embargo, Satanás nunca puede vencernos. ¿Qué necesitamos saber para no ser engañados por el miedo y, por el contrario, aprovechar la oportunidad para recibir respuestas eternas?
1. Autoridad momentánea
En todas las épocas, las autoridades que han desobedecido la Palabra de Dios siempre han construido ídolos. Sin embargo, esta autoridad es momentánea. Egipto, Filistea, Siria y Roma construyeron santuarios para ídolos y los usaron para la política. Daniel interpretó el sueño del rey Nabucodonosor y le advirtió acerca de los ídolos, pero el rey no lo entendió (Daniel 2:44-45). Al final, el rey Nabucodonosor levantó una estatua de oro en el campo de Dura y murió de forma miserable. Sadrac, Mesac y Abed-nego no sentían ningún miedo de las autoridades. Participaron en la guerra masónica contra Satanás, cuya meta era confundir a las personas.
2. Una crisis momentánea
Cualquier crisis que se nos presente es momentánea. La gente de Caldea acusó a los tres jóvenes adultos de desobedecer el edicto del rey. El rey se enfureció y les ordenó postrarse ante la estatua de oro. Aunque sabían que desobedecer la orden del rey implicaba una muerte segura, se mantuvieron firmes (Daniel 3:16-18).
3. La respuesta eterna
La autoridad y las crisis son temporales y son oportunidades para recibir la respuesta eterna. No debemos olvidarnos de ello cuando nos enfrentemos a una autoridad o a una crisis temporal. Si estamos vivos, somos testigos; si morimos, seremos testigos que han sido martirizados. Dios usó un método que la ciencia no puede probar para proteger a los tres jóvenes que tomaron esta resolución. Ni sufrieron ni un solo rasguño gracias a la protección de los ángeles enviados por Dios. Al verlos, el rey Nabucodonosor hizo una confesión sincera y alabó a Dios (Daniel 3:26, 28).
Oración del evangelista. Querido Dios, ayúdanos a no caer en engaños por causa de una autoridad o crisis temporal, y déjanos disfrutar de la oportunidad de recibir la respuesta eterna.