LA CASA DE MISIÓN DE LA CUMBRE
Romanos 1:16-17
Los problemas espirituales comienzan a afectarnos y recibimos la bendición de la cumbre cuando somos jóvenes. Pero en nuestra etapa de estudiantes, tratamos de encajar en lo que nos dice el mundo y nos centramos en estudiar. Crecemos hasta convertirnos en jóvenes adultos sin escuchar el Evangelio ni una sola vez y también engañamos a otras personas. Al crecer y convertirnos en adultos, sentimos confusión debido a los problemas espirituales. Así se vive en el mundo. Sufrimos problemas y enfermedades espirituales en la vida. Entender esto es la sanidad de la cumbre. Para que podamos hacer esta obra, Dios nos ha levantado como la cumbre de la sanidad. ¿Cómo podemos sanar?
1. Sólo con el Evangelio
Este problema sólo se resuelve cuando el Evangelio se graba en nuestro interior. Cuando el Evangelio se graba, las fuerzas de la oscuridad quedan atadas y nuestro respaldo cambia. Dios nos ha dado la autoridad especial para sanar. Con esta autoridad, podemos compartir el Evangelio correcto con las personas que necesitan sanidad y ayudarles a disfrutarlo correctamente. En ese momento, podremos salvarles de las trampas, los moldes y las ataduras.
2. Solo con la Palabra
Dios creó los cielos y la tierra con la Palabra (Génesis 1:1-2). Allá donde se proclamó esta Palabra, los huesos secos volvieron a la vida (Ezequiel 37:1-10). La vida entró en los lugares por dónde fluía la Palabra y todo fue avivado (47:1-23). Dios envía a sus ejércitos celestiales donde se cumple la Palabra (Salmos 103:20-22). Esta Palabra es viva y eficaz porque es Dios (Juan 1:1-4, Hebreos 4:12). Sólo el poder de la Palabra del Evangelio puede salvar el mundo y las personas (Hechos 1:1-14, 2:14-21, 2:42). La obra que permitió al hombre paralítico levantarse y andar cuando Pedro compartió la Palabra del Evangelio con él en la puerta del templo llamada la Hermosa es la evidencia (3:1-12).
3. La oración y la fortaleza de disfrutar el misterio del Dios trino
Sólo podemos obtener verdadera fuerza con la oración de disfrutar el misterio del Dios trino. Aferrarse al Evangelio preciso y la Palabra de Dios y orar es la casa de misión. Las personas creyentes de la Iglesia Primitiva, que entendieron esto, se aferraron al pacto y se entregaron a la oración (Hechos 1:14). A partir de ese momento, se hizo la obra de Dios de ser llenos del Espíritu Santo (2:1-13) y el movimiento de la Palabra continúo al levantarse 3.000 discípulos (2:41-42). Más tarde, continuó el pacto del aposento alto de Marcos (13:1-4). La obra de oración se levantó antes incluso del movimiento de Tiranno (19:1-7).
Oración del evangelista. ¡Señor! Gracias por darnos la autoridad especial para sanar. Permite que nos convirtamos en la cumbre de la sanidad que sana sólo con el Evangelio, la Palabra y la oración.