EL VIAJE DEL PACTO
Éxodo 2:1-10
Nadie podía interponerse en el camino de Abraham, Isaac, Jacob o José porque tenían Evangelio. Muchas naciones poderosas se levantaron e intentaron aniquilar a las personas que tenían Evangelio, pero, al final, esas naciones fueron derrotadas. Ni siquiera los falsos profetas pudieron bloquear el Evangelio. Sin embargo, los israelitas se enfrentaron a una gran crisis. Una nación poderosa esclavizó al pueblo de Dios y trató de eliminar a sus generaciones futuras. ¿Qué debemos hacer quienes hemos emprendido el viaje del pacto cuando nos enfrentamos a una crisis?
1. No sintamos temor y enfrentemos esa crisis
Jocabed no sintió miedo por la crisis a la que se enfrentaba; al contrario, entró en ella. Ella metió a su propio hijo Moisés en una cesta de juncos en la orilla del río Nilo y dejó que se lo llevara la corriente. Ante la orden de Egipto que demandaba destruir a los israelitas, no sintió temor, sino que tomó una resolución de fe. Puede parecer que estamos atravesando grandes dificultades a causa de las crisis. Sin embargo, Dios tiene un plan importante en medio de las crisis. Debemos descender a una escala y lugar más profundo de este plan.
2. Entrar en el pacto
Podemos aferrarnos al pacto que Dios ha preparado cuando entramos en crisis. El pacto es la Palabra que Dios cumple siempre. Jocabed se convirtió en una niñera del palacio egipcio y transmitió todo el pacto a Moisés. Gracias a ello, Moisés se aferró de tal manera al pacto que llegó a escribir el Pentateuco. Una persona que ha tomado el pacto de esta manera sabe que la Palabra siempre se cumple y no se aferra a la vida o la muerte.
3. Entrar en el viaje del pacto
El pacto no consiste en algunas palabras que permanecen quietas. Debemos emprender este viaje. Dios envió a Moisés al palacio, un episodio que también forma parte del asombroso viaje del pacto. El viaje del pacto de “Esta te herirá en la cabeza, y tú la herirás en el talón” (Génesis 3:15), “Hazte un arca” (6:14) y “Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré” (12:1-3) que se transmitió a José y a Moisés. Nadie puede bloquear las puertas de las respuestas que Dios abre dentro del viaje del pacto. Veremos respuestas en todos los campos si nos aferramos al pacto.
Oración del evangelista. ¡Dios! Gracias por llamarnos a este viaje del pacto. Abre nuestros ojos espirituales para confirmar el pacto que nos has dado en las crisis. Permite que emprendamos el viaje del pacto que salva el mundo.