EL TEMPLO Y LA IGLESIA QUE OFRECERÁ EL HOLOCAUSTO
Levítico 1:1-17 | Y pondrá su mano sobre la cabeza del holocausto, y será aceptado para expiación suya (V. 4).
Hay una razón por la que Dios bendijo a David. Es por que David consideró el plan absoluto de Dios como el mayor plan de su propia vida. David tenía el sueño de construir el templo donde pudiera dejar el arca del pacto y que todo el pueblo pudiera dar el culto, es decir, “dar el holocausto”. El holocausto representa a Cristo y con solamente dar una vez el culto, podemos restaurar todo. Entonces, ¿cómo tenemos que dar el culto que es tan importante?
Cuando disfrutamos de la bendición del holocausto sin defecto, podemos disfrutar en la vida (Levítico 1:3). Es porque el tiempo de dar el culto es el punto de partida para disfrutar de las mejores respuestas en la vida. Cuando damos el culto, se destruye la oscuridad y podemos restaurar todo. Por lo tanto, tenemos que transmitir esta bendición a nuestros hijos (Levítico 1:1-2). De la misma manera, David dio todo para la siguiente generación en el templo donde daría el culto a Jehová.
El holocausto es la ofrenda encendida de olor grato (Levítico 1:17). A través del culto, se cumple la mayor misión para salvar al mundo. A través de las Iglesias que restauran el verdadero culto, podemos salvar las 237 naciones del mundo. Cualquier persona que da el culto donde se restaura el pacto, puede recibir la sanidad de su espíritu y levantarse en la cumbre. De esta manera, una misión importante de la Iglesia es ayudar a todas las personas a que puedan disfrutar de la gloria del trono celestial y a que vayan al lugar de la cumbre.
Hay una gran posibilidad de que la vida siga tal como pensamos. Lo que hablamos o pensamos se graba en el cerebro. Al mismo tiempo, la oración se graba en el trono celestial. Dios nos dio la identidad de ser la cumbre espiritual y la autoridad para salvar al mundo. A través del culto, podemos disfrutar de todas estas bendiciones y respuestas.
Dios, que disfrutemos el misterio del trono celestial y que conozcamos los misterios espirituales. Aunque sea una sola vez que demos el culto, que restauremos todo lo que hemos perdido. Oramos en el nombre de Jesucristo. Amén.
1er Mensaje de la Iglesia de Emanuel | 28.6.2020