LA CORRIENTE PARA PARAR LOS DESASTRES
Hechos 27:24-25 | Diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo. Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho.
Pablo estuvo frente a una gran tempestad, que era uno de los desastres. En ese instante, Dios le dio la palabra le y prometió que salvaría la vida de Pablo, esta es la manera que para la corriente de los desastres. ¿Cómo podemos parar los desastres?
1. La corriente del Evangelio y la corriente de la palabra
Cuando tomamos sólo el Evangelio (Génesis 3:15, Éxodo 3:18, Isaías 7:14, Mateo 16:16), podemos parar los desastres. El Evangelio ha quebrantado la autoridad de la oscuridad. Pablo, quien se aferró a este Evangelio de una manera real, pudo evangelizar Roma. Cuando seguimos la corriente de la palabra, la palabra se cumple como las respuestas. No es que José fue el gobernador de repente, sino la palabra se cumplió (Génesis 45:1-5). Aquellos que seguían la corriente de la palabra (Rahab, Daniel, Ester, David y Eliseo) cambiaron el mundo.
2. La corriente de la globalización
El evangelismo y las misiones están dentro de la corriente de la globalización. Dios, desde el principio, le indicó a Abraham la corriente de la globalización (Génesis 12:1-3). En el caso de los israelitas, cuando no entendían el evangelismo y las misiones, fueron esclavos, cautivos y también colonizados pero al final, la palabra se cumplió. Pase lo que pase, Dios nos dice que el Evangelio será predicado a todas las naciones y entonces vendrá el fin (Mateo 24:14).
Hay algunos puntos importantes para el cumplimiento de la palabra de Dios. Aunque olvidemos del pasado, no tenemos que olvidar el pacto del pasado, porque este pacto del pasado continúa con el pacto del día de hoy y con el pacto del futuro (Romanos 16:25-27).
Dios, en esta corriente del Evangelio, la corriente de la palabra y la corriente de la globalización, guíanos para que seamos los protagonistas que paran los desastres y que salvan las Iglesias. Oramos en el nombre de Jesucristo. Amén.
Mensaje Empresarial | 21.3.2020