de Marzo. AQUELLO POR LO QUE SIEMPRE DEBEMOS DE ORAR
1 Corintios 10:13 | No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es
Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también
juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.
¿Cuál es la bendición que Dios nos ha dado? Es el pacto que se va cumplir, es lo fundamental que es inevitable, es lo representativo que avanza por delante, es lo conmemorativo que no se puede negar y es lo irresistible que no se puede rechazar. ¿Cuál será la razón por la que Dios nos ha dado algo que nadie puede hacer, nadie puede ver y donde nadie puede ir?
1. Entremos dentro de los problemas y las crisis sin tratar de esquivarlos
Los fracasados se escapan dando excusas ante los problemas. Los exitosos se enfrentan a la crisis y desafían. Un gran personaje o un pequeño personaje se distingue en la actitud sobre la vida y el centro de su corazón. Cuando hay guerras, podemos saber quiénes son los patriotas. Normalmente no se sabe pero en las tribulaciones podemos confirmar la profundidad de nuestra fe. Se necesitan los líderes de la Iglesia, que oran por la Iglesia y la siguiente generación y que batallen espiritualmente en el frente.
2. Entreguemos toda la vida y levantemos a la siguiente generación
Dios ha bendecido a los líderes de la Iglesia que oran. Abdías recibió la economía de luz que vence a la economía de oscuridad (1ª Ry.18:1-4). Dios llamó a David quien preparó el templo como un “varón conforme a mi corazón”. Los discípulos de la Iglesia Primitiva que entregaron todo, tuvieron una gran devoción para la evangelización del mundo. Como resultado, se levantó en cada lugar el movimiento de los Remanentes con el que revivía la siguiente generación.
El deseo de Dios es que todas las Iglesias, líderes de la Iglesia en el campo y los Remanentes en el mundo oren siempre por el movimiento del desierto (Dt.6:4-9), el movimiento de Mizpa
(1ª Sam.7:1-15), el movimiento de Dotán (2ª Rt.6:8-24), el movimiento de los guardas
(Is.62:6-12), y movimiento de las sinagogas (Hch.17:1, 18:4, 19:8).
¡Dios! Guíanos a salvar esta época, a levantar la siguiente generación y a recuperar la economía de luz para que puedan comenzar las verdaderas respuestas que detendrán los desastres del futuro.
Mensaje del entrenamiento para los 70 obreros / 29.10.2019