LA PRIMERA MISIÓN: NO CAER EN ENGAÑOS
1 Reyes 18:1-15
Abdías hizo lo que Dios deseaba incluso cuando eso significó enfrentarse al malvado rey Acab (1 Reyes 18:8). Abdías arriesgó su vida y protegió a los profetas porque sabía el motivo por el cual Israel había sido destruido. ¿Cuál es la primera misión que debemos cumplir para salvaguardar nuestro estado espiritual en nuestra vida diaria, para encontrar las respuestas a través de Cristo y tener victoria en la batalla espiritual?
1. Aferrémonos a las respuestas que fueron dadas en primer lugar por Dios
Antes de levantar a Moisés, Dios le dio respuestas a Jocabed, la madre de Moisés; a Jetro, el futuro suegro de Moisés; y a Rahab, que era prostituta. De nuevo, Dios primero respondió a Ana, que oró por un nazareo, y a Isaí, que le mandó un recado a su hijo David, antes de responder al joven Samuel y al joven pastor David. Daniel, Sadrac, Mesac, Abed-nego y los líderes de la Iglesia Primitiva también se aferraron al pacto de Cristo que les había dado Dios, incluso cuando se enfrentaron a la muerte.
2. Disfrutemos las respuestas del Evangelio y sigamos el cumplimiento de la Palabra
Cristo es nuestro salvador; el Reino de Dios viene sobre todos los campos a los que entramos; y el Espíritu Santo obra en todo momento en todos los lugares. Solo hay un método en el Viaje del Pacto que salva a todas las personas a las que nadie más puede salvar. No debemos caer en el engaño de Satanás ni en la incredulidad. Como evidencia de esto, la Iglesia Primitiva siguió el cumplimiento de la Palabra que recibieron en el aposento alto de Marcos (Hechos 1:14 y 2:9-11), Samaria y hasta lo último de la tierra.
Las iglesias del mundo, incluidas las de Estados Unidos y Corea del Sur, están cerrando sus puertas. Esta es innegablemente la estrategia de Satanás. No debemos ser engañados por las respuestas grandes y sorprendentes que recibamos ni caer en la incredulidad. Aunque nos parezca que la Palabra no es completa, debemos seguirla. La respuesta de “nunca antes y nunca después” comenzará si nos aferramos al pacto de Dios como nuestra misión.
Oración del pacto. Querido Dios, ayúdanos a aferrarnos a tu primera y más importante respuesta, que es Cristo. Permite que sigamos el cumplimiento de tu Palabra para convertirnos en testigos que predicarán el Evangelio hasta lo último de la tierra.