UNA PERLA DE GRAN VALOR
Mateo 13:45-46
Jesús comparó el Cielo con las perlas. Las personas que tienen una perla en su posesión se sienten llenas de alegría y felicidad. Es una perla única en el mundo, por lo que no se le puede poner un precio y venderla. Del mismo modo, el Cielo revela la gracia infinita de Dios. Vivimos en este mundo, pero hemos recibido el Evangelio del cielo. ¿Cómo podemos vivir más allá de lo que vemos?
1. El Evangelio es la gracia incomparable de Dios
Cuando confesamos la imposibilidad absoluta, Dios nos muestra la posibilidad absoluta. Por medio de la sangre del cordero (Éxodo 3:18) se levantaron los milagros del Éxodo. Al aferrarse a Emanuel (Isaías 7:14), tuvo lugar la restauración del éxodo de Babilonia. Esas obras eran una imposibilidad absoluta para nuestras propias fuerzas. Después de la caída del Imperio Romano, los israelitas que habían sido colonizados se esparcieron y restauraron. Eso ocurrió solo por gracia de Dios.
2. La bendición del evangelismo y las misiones es la solución a los problemas
La Biblia nos habla de testigos que, época por época, resolvieron problemas que nadie más podría haber solucionado. La nación de Israel fue destruida debido a la idolatría y la corrupción. Como consecuencia, los israelitas cayeron bajo cautiverio de Babilonia y después fueron colonizados por Roma. A pesar de esas terribles condiciones, los Remanentes en la Biblia transmitieron “solo Evangelio”. Estaban convencidos de que el Evangelio era la única respuesta que salvaría a Israel y al mundo entero.
Las personas que han recibido el Evangelio, que es como una perla de gran valor, pueden dar gracias. El anciano Jetro, abrumado por la inesperada gracia de Dios; la prostituta Rahab; el líder de la iglesia Abdías; la viuda de Sarepta; y la mujer de Sunem sanaron sus épocas con sus pequeños actos de devoción. Aunque seamos débiles, nuestros pequeños actos de devoción darán con toda seguridad las respuestas de salvar el futuro.
Oración del pacto. Querido Dios, te damos las gracias por hacernos entender el gran valor del Evangelio. Con este precioso Evangelio, ayúdanos a ser testigos de la sanidad.