DANIEL, NO TEMAS
Daniel 10:10-14
Dios le dice a Daniel que no tema. Esto nos indica que Daniel tenía algún motivo para sentir miedo. Del mismo modo, en nuestras vidas pueden surgir dificultades y persecuciones, pero no debemos temerlas. Sin embargo, seguimos preocupándonos y temiendo porque Satanás ataca esas áreas (Job 3:25). Dios le dijo a Daniel: “No temas”. ¿Por qué le dijo eso Dios?
1. La respuesta de la cumbre espiritual que continúa
Dios les da a sus hijos la bendición de la cumbre espiritual para proclamar el Evangelio al mundo entero. Esa respuesta continúa eternamente. Daniel se presentó ante el rey Nabucodonosor, el rey Belsasar y el rey Darío y les dio respuestas precisas. Después, Daniel tuvo una visión de un gran conflicto y oró entre lágrimas durante tres días. En ese momento, Dios le dijo a Daniel que no temiera. A partir de entonces, Daniel siguió recibiendo la respuesta como cumbre espiritual.
2. El tiempo en que Dios nos dio un poder desconocido para el mundo
Invisible a nuestros ojos, Dios envía a sus ángeles y consuela a sus hijos. Él envía a sus ángeles a los negocios y campos de evangelismo de sus hijos. Una mano vino y tocó a Daniel (Daniel 10:10). Daniel, que se estaba enfrentando a grandes dificultades, oyó una voz que decía: “Daniel, varón muy amado”. Dios envió a sus ángeles desde el día en el que Daniel comenzó a orar. Cuando el príncipe de Persia bloqueó el camino, Dios envió a Miguel, uno de los principales príncipes, para luchar y ayudar a que el ángel se acercara a él. Dios le dio a Daniel un poder tremendo.
3. La gran batalla de la victoria que queda y la verdadera respuesta
Dios nos dice que no temamos porque habrá una victoria muy importante y las respuestas vendrán. Si recibimos el poder de Dios, nadie en este mundo podrá bloquearnos. Dios le dio a Daniel esta fuerza. Esta es la razón por la cual mantuvo con vida a Daniel hasta el final. El rey Ciro de Media-Persia conquistó Babilonia y permitió a los israelitas regresar y construir su templo. Daniel fue usado como primer ministro.
Oración del evangelista. Querido Dios, danos tu fuerza que el mundo desconoce y permite que nos levantemos como la cumbre espiritual. Ayúdanos a no temer a las dificultades o persecuciones, sino solo aferrarnos al pacto.