OBREROS COMPROMETIDOS EN LA ÉPOCA DE LAS ENFERMEDADES
Hechos 19:8-20
Vivimos en una época de enfermedades generalizadas que afectan a los corazones y mentes de muchas personas y que convierte a bastantes de ellas en víctimas de adicciones y enfermedades físicas incurables. En esta época, Dios nos ha llamado como obreros comprometidos para sanar a las personas que sufren. Los miembros de las tres organizaciones practican la sanidad espiritual y física a través de la meditación trascendental. Sin embargo, al final acaban teniendo problemas. Aunque parezca que se están sanando, en realidad, es obra de demonios. Debemos sanar completamente a esas personas a través de la Palabra y la oración de Dios. Hay un horario que debemos conocer y disfrutar en primer lugar.
1. Un horario de concentración
Primero debemos tener un tiempo de concentración. Para ello, debemos desechar nuestras cicatrices y remordimientos, pero esto es algo que no podemos forzar que suceda. Nuestras heridas y remordimientos desaparecen solo cuando nos concentramos en las bendiciones y el pacto que Dios nos ha dado. Como resultado, nuestras cicatrices y remordimientos se convierten en confesiones de acción de gracias porque podemos ver Sus bendiciones preparadas dentro de nuestras oraciones concentradas. Por último, podemos disfrutar de las cosas que Dios nos da a través de esa fuerza espiritual.
2. Un horario de experiencias
Entramos en el horario en el que podemos experimentar las obras de Dios en el campo a través de Su Palabra y la oración. La oración es unir nuestro corazón, pensamientos, alma y cuerpo físico para centrarnos en Dios. A través de la poesía y la alabanza, David, que fue pastor y después rey, se concentró en Dios y experimentó Sus obras. Del mismo modo, si nos concentramos en Dios a través de la Palabra, la oración y la respiración profunda, Él nos mostrará Sus obras de sanidad.
3. Un horario de gozo
Nuestro horario no termina con la concentración y la experiencia. A continuación, entraremos en otro horario donde disfrutaremos de nuestra vida. Pablo disfrutó de estas bendiciones incluso cuando las puertas de las misiones no se abrieron (Hechos 16:6-10). Se deleitó en estar con Dios 24 horas y experimentó Sus obras dentro del horario de 25 horas. Después, entró en el horario de convertirse en un testigo en sus propios campos cuando sanó a una persona coja de nacimiento y los chamanes aceptaron a Cristo. Nosotros también entraremos en esos horarios cuando nos concentremos en el poder del Evangelio, que es la respuesta a todos nuestros problemas irresolubles.
Oración del evangelista. Querido Dios, gracias por llamarnos como obreros comprometidos en esta época de enfermedades. Ayúdanos a sanar con el poder del Evangelio esta época y a aquellas personas que sufren problemas espirituales.