NUEVA FUERZA DADA SÓLO A LAS PERSONAS
Hechos 2:41-42
La vida de un hijo salvo de Dios es peor que la de una persona no creyente si sus estilos de vida son parecidos, aunque al morir vaya al cielo. Para que los hijos y las hijas de Dios vivan de acuerdo a su condición, deben recibir el verdadero poder y disfrutar de él. Con ese poder, podemos cambiar tres aspectos. ¿Cuáles son?
1. El destino
Hay una bendición que Dios ha dado solo a las personas dentro de Su horario: crear al ser humano a Su propia imagen (Génesis 1:27). Sin embargo, enseguida surgió un problema. Satanás engañó al primer hombre, que no se aferró correctamente al pacto de Dios. Satanás quebró la conexión del hombre con Dios y lo condujo a su destrucción. Dios lo sabía y por eso nos dio la promesa de Cristo, el único Salvador que puede librar al ser humano de los doce problemas de Satanás, el pecado original y los pecados consecuentes. Tal y como Dios prometió, Jesús vino como el Cristo. El destino de las personas cambia cuando se aferran a esta verdad como su pacto.
2. Incompetencia
Jesús dijo: “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8). Jesús nos prometió este poder porque carecemos de toda fuerza. Recibiremos este poder si hacemos estas cuatro obras durante solo tres días. Primero, debemos seguir las enseñanzas. Si seguimos la corriente del Evangelio (la Palabra), recibiremos poder y habrá sanidad (Hebreos 4:12). Segundo, debemos tener comunión unos con otros. El poder es ayudar a otras personas que viven incorrectamente y que cometen fallos. Tercero, debemos tener comunión. La Iglesia Primitiva compartía sus emociones profundamente conmovedoras sobre la salvación cada vez que daban culto. Cuarto, debemos estar constantemente en oración. Para vivir en este mundo, necesitamos fuerza, y es por eso que debemos unirnos en oración.
3. El futuro
Una persona de oración no tiene motivos para preocuparse por el mañana; una persona que entiende Evangelio no necesita preocuparse por la iglesia; y una persona que conoce el evangelismo no necesita preocuparse por el futuro porque si coge el pacto de la evangelización mundial y se mantiene dentro de él, puede cambiar el futuro (Mateo 24:14 y Hechos 1:8). Los miembros de la Iglesia Primitiva se aferraron al pacto que transformó su futuro y nunca fueron movidos. Todavía tenían que vivir su futuro pero ya lo conocían a través de la Palabra de Dios.
Oración del evangelista. Querido Dios, permítenos cambiar nuestro destino, incompetencia y futuro con el verdadero poder que solo Tú puedes darnos. Ayúdanos a salvar a aquellas personas que no han escuchado el Evangelio y se enfrentan a la destrucción.