EL DESAFÍO DE NUNCA ANTES Y NUNCA DESPUÉS
Josué 10:10-14
Cuando el pueblo de Israel entró en Canaán, las fuerzas amorreas se concentraron para impedir que avanzaran. Las piedras del granizo comenzaron a caer y fueron más los que murieron por esta causa que los que los hijos de Israel mataron a espada. En ese momento, Josué oró para que el sol y la luna se detuvieran. Dios respondió a su oración, y los israelitas salieron victoriosos de la batalla. ¿A qué pacto se aferró Josué?
1. La respuesta de nunca antes y nunca después
Dios había preparado una respuesta sin precedentes, y Josué se aferró a ella como su pacto. Cuando los israelitas entraron a Canaán, el ejército amorreo se juntó y les atacó. Sin embargo, había una manera de volver. En ese momento, Dios le dio a su pueblo la respuesta de nunca antes y nunca después: detuvo el sol y la luna.
2. El desafío de nunca antes y nunca después
“Nunca antes y nunca después” surgió una persona como Josué, un individuo que cruzó el río Jordán, derrumbó los muros de Jericó y se enfrentó a las fuerzas amorreas. Las fuerzas de oscuridad fueron quebradas allá donde el Tabernáculo y el Arca del Pacto fueron llevados en el desierto. Los problemas se convierten en oportunidades cuando surgen. El 70% de la tierra de Israel eran zonas montañosas, y naciones poderosas lo rodeaban por todos lados. Pero, en realidad, esto era una puerta para la evangelización mundial. “Nunca antes y nunca después” encontraremos otras personas iguales a aquellas que tienen Evangelio. La iglesia que tiene Evangelio es una iglesia que disfrutará de la respuesta de nunca antes y nunca después. Por tanto, no caigamos en ideas equivocadas; al contrario, desafiemos dentro de las respuestas sin precedentes y nunca repetidas que Dios ha preparado para nosotros.
3. La determinación de nunca antes y nunca después
Debemos llegar a una determinación que no se haya dado “nunca antes y nunca después”. No se trata de afrontar de forma temeraria un desafío, sino llegar a una resolución aferrándonos al pacto de Dios. Josué tomó una decisión e hizo una promesa en nombre de Jehová, independientemente del engaño de Gabaón. Josué oró a Dios para que el sol y la luna se detuvieran. No se trata de hacerlo con nuestras propias fuerzas, sino de tomar una determinación con la fuerza de Dios.
Oración del evangelista. Querido Dios, gracias por preparar la respuesta de nunca antes y nunca después en el campo. Ayúdanos a aferrarnos a ese pacto mientras desafiamos para recibir las respuestas que no se han dado “nunca antes y nunca después” que Tú has preparado para nosotros.