LA OBRA FINAL QUE DEBEMOS HACER
Mateo 24:1-14
Jesús habló sobre los desastres que ocurrirán en los últimos tiempos. También dijo que esos desastres eran solo el comienzo y que el final llegaría cuando el Evangelio fuera predicado en todo el mundo. Por eso, los hijos y las hijas de Dios deben aferrarse de forma correcta al pacto (Pacto) y a la visión que comprende adecuadamente el plan de Dios (Visión). Debemos soñar el sueño seguro sin falsedades (Sueño). Pase lo que pase, todo irá bien. Mientras sigamos la Palabra de Dios, que es poder (Imagen), dejaremos atrás en nuestro viaje la obra maestra de nuestra vida (Práctica). Por tanto, no existen motivos para desanimarnos. ¿Cuál es la última obra que debemos hacer?
1. El último pacto
Debemos aferrarnos al último pacto que nos dio Cristo después de resucitar. Cristo nos ordenó que hiciéramos discípulos a todas las naciones. Debemos organizarnos para lograrlo (Mateo 28:16-20). Nos ordenó que predicáramos el Evangelio a toda criatura (Marcos 16:15-20) porque estas personas adoran a espíritus malos y viven esclavizadas por Satanás. Durante cuarenta días, Jesús habló sobre el Reino de Dios y nos ordenó que fuéramos hasta lo último de la tierra para proclamar el Evangelio. También prometió que nos daría el poder del Espíritu Santo (Hechos 1:8). Si nos aferramos a esto como nuestro pacto, no tendremos motivos para preocuparnos.
2. La última experiencia
El último encuentro que la persona creyente debe tener es la experiencia del aposento alto de Marcos. El aposento alto de Marcos era el lugar de las mayores respuestas en la tierra. Después de esa experiencia, surgieron los cinco horarios de Dios y los discípulos recibieron un poder que trascendió el poder de las personas (Hechos 2:1-47). Las personas creyentes que lo han experimentado se pueden enfrentar a cualquier cosa y se encuentran bien incluso cuando surgen dificultades. Después de la persecución de Esteban, se levantó la respuesta de la iglesia de Antioquía (Hechos 11:19-30). Por último, las personas que se aferraron a este pacto fueron las que salvaron a Roma.
3. El individuo y la iglesia que serán usados hasta el final
El individuo y la iglesia que serán usados hasta el final son aquellos que saben, disfrutan y transmiten “solo”. Dios levantará a esa persona y a la iglesia como las figuras principales de las misiones y el evangelismo. Jesús profetizó que el templo desaparecería y setenta años después de su profecía, Jerusalén cayó bajo el dominio de Roma y el templo fue destruido. A través de estos acontecimientos podemos entender que la Palabra de Dios no cambia.
Oración del evangelista. Querido Dios, esta época está cada vez más enferma espiritualmente a pesar de que las 237 naciones siguen desarrollándose de forma constante. Danos fuerza espiritual para llevar a cabo la última comisión que Jesús nos dio para esta época.