SANEMOS LA IGLESIA MUNDIAL QUE HA SIDO QUEBRADA
Mateo 18:1-10
El número de almas desesperadas aumenta a medida que pasa el tiempo. Sin embargo, las iglesias en Europa están cerrando sus puertas y las de América están siendo vendidas. Los desastres y las guerras surgieron cuando las iglesias dejaron de funcionar correctamente. El Evangelio impide que se rompan las iglesias. El movimiento que impide esta ruptura es el movimiento de evangelismo. La iglesia es un lugar donde se solucionan los problemas espirituales invisibles. ¿Cómo podemos sanar a la iglesia mundial que se ha quebrado?
1. Aunque vivamos en el mundo, debemos desechar sus posesiones
Tendremos victoria si desechamos las posesiones del mundo. Los discípulos le preguntaron a Jesús quién era el mayor en el reino de los cielos. Las iglesias del mundo están inmersas continuamente en esta lucha. El mundo nos coloca en la trampa de tratar de exaltarnos a nosotros mismos (Génesis 3, 6 y 11), en el molde de tratar de exhibirnos (Hechos 13, 16 y 19), y el lazo de ser egocéntricos, que constituyen los seis estados de la persona no creyente que genera Satanás. Debemos salir de estos estados. Debemos trascender nuestros deseos materiales aunque vivamos en el mundo. La persona que lo consiga será considerada la mayor.
2. Debemos tener la fe pura de un niño aunque nos hagamos mayores
No importa la edad que tengamos, nuestra fe debe ser como la de un niño. Los hermanos de José se enfrascaban en asuntos triviales y complicaban las cosas, mientras que José sólo miraba a Dios. El rey Saúl sabía mucho sobre el éxito y el progreso social, pero la fe de David era como la de un niño. Muchas personas se esfuerzan en sus vidas y usan el humanismo. Sin embargo, los héroes de la fe solo miraban a Jehová como niños pequeños.
3. Aunque vivamos en esta tierra, debemos vivir disfrutando de las bendiciones del cielo
Las verdaderas bendiciones no brotan de la tierra, sino que descienden del cielo. Dondequiera que vayan los hijos e hijas de Dios que se aferran al pacto, el Señor envía a Sus ángeles y levanta obras que nadie puede bloquear o ver. Aunque vivamos en esta tierra, el Reino de Dios se establece dondequiera que vayamos. El reino de la oscuridad se quiebra. Si oramos disfrutando de las bendiciones del cielo, podremos transformar este mundo y esta época.
Oración del evangelista. Querido Dios, ayúdanos a desechar las posesiones materiales y disfrutar de las bendiciones del Cielo con una fe completa. Ayúdanos a ser evangelistas que sanan y salvan a la iglesia mundial que se ha derrumbado.