PALABRA Y ESPÍRITU DE VIDA
Ezequiel 37:1-10
Dios le mostró a Ezequiel los huesos secos que había en el valle. Ezequiel profetizó con la Palabra de Dios y el espíritu entró en ellos. Los huesos secos vivieron y se pusieron en pie como un ejército grande en extremo. Dios ordenó a Ezequiel que dijera a los israelitas, que estaban sumidos en un estado de desesperación, que Él los resucitaría de entre los muertos. Como hijos e hijas de Dios, podemos salvar a otras personas. ¿Cómo podemos salvarnos a nosotros mismos, a nuestra línea de parentesco y al campo?
1. Profetiza la Palabra
Lo que decimos, vemos y oímos se graba en nuestro cerebro. La Palabra del Evangelio tiene un poder ilimitado. Dios dijo que la Simiente de la mujer aplastaría la cabeza de Satanás (Génesis 3:15). Noé obedeció la Palabra de Dios y superó el desastre del diluvio al construir el arca (Génesis 6:14). Abraham salió de Caldea, fue a la tierra que Dios le había mostrado y experimentó Sus bendiciones (Génesis 12:1-3). Cuando Moisés se aferró al pacto de sangre, la cultura de Satanás en Egipto fue quebrada (Éxodo 3:18). Cuando estos Remanentes se aferraron al pacto de Emanuel (Isaías 7:14) y Cristo (Mateo 16:16), se levantaron las obras del éxodo de Babilonia y Roma. Al profetizar el Evangelio, la Palabra se graba en nuestro interior.
2. Respiremos el espíritu de vida
El espíritu que nos da una gran fuerza está en el Evangelio. Las obras del Espíritu Santo constituyen este espíritu. Dios prometió estas obras del Espíritu Santo en tiempos de Moisés. La evidencia de este poder asombroso es Pentecostés (Joel 2:28). Cuando el Espíritu Santo venga sobre nosotros, podremos conocer las cosas que habrán de venir. El Espíritu Santo nos recordará todo lo que Jesús nos dijo (Juan 16:13, Juan 14:26-27). Además, Dios nos ha dicho que seremos Sus testigos hasta lo último de la tierra cuando recibamos al Espíritu Santo (Hechos 1:8). Podremos ver nuestro futuro si oramos al menos una vez al día.
3. Los huesos secos viven como un ejército
Los huesos secos se transformaron en un ejército. Las personas que parecen inútiles se transforman en soldados espirituales que salvarán almas. La línea de parentesco que estaba condenada al fracaso revive y actúa como un ejército para salvar almas. Dios nos prometió este poder. Podemos cambiar todo con la Palabra de Dios y el espíritu de vida. No necesitamos nada más que sólo Evangelio, la Palabra de Dios y el poder del Espíritu Santo.
Oración del evangelista. Querido Dios, levántanos como testigos para salvarnos a nosotros mismos, a nuestra línea de parentesco y al campo con sólo Evangelio, Tu Palabra y el poder del Espíritu Santo.