LA SANIDAD DE ELÍAS

1 Reyes 19:1-8

Elías se enfrentó a la mayor dificultad. Jezabel, que escuchó la noticia de que Elías había matado a los falsos profetas en el monte Carmelo, ordenó asesinarle. Elías se escapó, pero se echó bajo un enebro y allí oró a Dios para que le quitara la vida. En ese momento, tres obras importantes se levantaron para Elías. ¿Cuáles fueron?

1. Elías se rinde - La preparación de Dios

Nos rendimos diciendo que no podemos hacer nada, pero Dios siempre prepara verdaderas bendiciones. Cuando Elías se echó bajo el enebro, Dios envió a Su ángel para consolarle y sanarle. Elías, que recuperó sus fuerzas al comer el pan y beber el agua que Dios le había dado, caminó cuarenta días y noches. Del mismo modo, los hijos y las hijas de Dios deben recibir la fuerza que Él nos da incluso en las situaciones más difíciles.

2. Una oración sincera – Respuestas asombrosas

Elías oró pensando que era el único que quedaba (1 Reyes 19:10) cuando llegó al Monte Horeb. En ese momento, en lugar de fuertes vientos, terremotos o el fuego, Dios usó una suave y susurrante voz. Le dijo a Elías que levantara a Eliseo como su sucesor y que buscara a los 7.000 discípulos que aún no se habían postrado ante Baal. Dios nos da respuestas asombrosas cuando oramos sinceramente ante Él. Dios quiere que nos postremos sincera, verdadera y genuinamente ante Él.

3. Fuerza espiritual: el movimiento de Dotán

En muchas regiones, las élites se reunieron y así se levantó el movimiento de Dotán. En esa época, Eliseo, que había sido levantado por Elías, asumió el papel de líder. Eliseo tenía tanta fuerza espiritual que pudo bloquear al ejército sirio al prever de dónde venía (2 Reyes 6:8-19). Podemos bloquear todos los desastres invisibles cuando tenemos fuerza espiritual. En otras palabras, tendremos victoria sin luchar. Ganar en la batalla espiritual es la verdadera victoria final.

Oración del evangelista. Querido Dios, permite que veamos lo que has preparado tal como hizo Elías. Ayúdanos a bloquear todos los desastres con la fuerza espiritual que nos das, y permite que tengamos victoria sin luchar.