237 LAS NACIONES – LA CUMBRE
Salmos 78:70-72
El 90% de las personas no pueden levantarse como una cumbre. Por otra parte, las personas que son cumbre carecen de Evangelio y viven bajo la influencia de ídolos y religiones. En medio de esta realidad, Dios nos ha llamado como los que salvarán a los Remanentes. ¿Cómo podemos ayudar a los Remanentes para que puedan levantarse como cumbres?
1. La clase para padres, la clase para madres: el misterio de los siete éxitos
Los padres deben recibir sanidad antes de que su hijo se convierta en una cumbre. Debemos conseguir que los padres reciban el entrenamiento de la cumbre. En otras palabras, aprenderán el misterio de los siete éxitos que deben enseñar a los niños. Los niños se convierten en cumbre cuando confirman de verdad la Palabra; deben prepararse para ello desde que son bebés y desde el jardín de infancia.
2. La clase de cumbre del profesor – La personalización
Los maestros deben convertirse completamente en la cumbre del Evangelio (Hechos 1:1, 3, 8). Las obras se levantan cuando se convierten en cumbres del Evangelio. El encuentro entre los maestros y los niños constituyen tres oportunidades completas (17:1, 18:4, 19:8). Es la primera y la última oportunidad para eliminar el problema espiritual de los niños y para grabar la cumbre. También es la mejor oportunidad para personalizar la sanidad y la cumbre a través de los profesores. José se preparó por medio de la personalización para sanar sus cicatrices y convertirse en la cumbre. Esto sucede cuando los niños son bebés y están en el jardín de infancia.
3. El entrenamiento para el Remanente en edad infantil (La escuela de la cumbre)
Los remanentes en edad infantil necesitan recibir entrenamiento a través de la escuela de la cumbre para hacerlo solos. Podemos asignarles deberes, juegos (figura principal) y recados (función) para enseñarles qué hacer si se les encomienda un puesto o una función. Sólo podemos hacer esto cuando son bebés y están en el jardín de infancia. Debemos grabar el Evangelio en ellos correctamente, algo que la mayoría de las personas no hacen. En lugar de enseñarles a luchar con los métodos del mundo, debemos enseñarles a convertirse en la cumbre que vence sin luchar.
Oración del evangelista. ¡Dios! ¡Haz que el ADN de la cumbre se grabe en los niños cuando todavía son Remanentes, y sean la cumbre para salvar el mundo!