LA ESCUELA ESPECIALIZADA PARA LA SANIDAD
Hechos 9:8-20
El número de personas afectadas por enfermedades mentales y enfermedades físicas no para de crecer. En este contexto han surgido varias organizaciones y equipos que ofrecen sanidad. Estamos en una época donde la sanidad genera confusión. Muchas personas recurren a la meditación trascendental para sanar su consciente, subconsciente e inconsciente, y descubrir su verdadero yo. Satanás es el dueño de todos los que se han separado de Dios. Estos creen que pueden recibir sanidad a través de la meditación trascendental, pero terminan enfrentándose a desastres. Somos los que tienen Evangelio; por eso debemos usar el método correcto para sanar al individuo, la época y el mundo. ¿Cómo debemos hacerlo?
1. La sanidad espiritual
Sin sanidad espiritual, no habría ninguna otra sanidad. Los que no saben cómo recibir sanidad acuden a adivinos y adoran a ídolos. Sin embargo, no pueden resolver los problemas de Génesis 3, 6 y 11. Dios usa a los que conocen el misterio espiritual para sanar al individuo y la época. Lucas, un médico que escribió el Libro de Hechos, confirmó en el campo que solo el Evangelio puede sanar las enfermedades espirituales, las enfermedades que afectan al corazón, y la enfermedad que surge de los pensamientos.
2. La sanidad general
Lo grabado en nuestro interior debe sanarse con sólo Cristo. Se trata del misterio del reino de Dios, que es la única respuesta para vencer a las fuerzas de Satanás. Esto nos permitirá sanar nuestras raíces. Sólo con el pacto de la llenura del pacto podremos sanar nuestra naturaleza.
3. La concentración
Necesitamos concentración para sanar el campo y hacer el movimiento de la Palabra. Se trata de la Palabra, la oración y el estilo de vida dados por Dios. En primer lugar, debemos tener nuestras propias 24 horas en las que tomemos el mensaje del púlpito y orar siempre. Podemos descubrir a Dios dentro de nuestro estilo de vida si nos concentramos las 24 horas.
4. La Escuela de sanidad
Pedro pudo sanar al hombre paralítico (Hechos 3), y Felipe, que era diácono, pudo sanar a la región de Samaria con el Evangelio (8). Nosotros también tenemos Evangelio; por eso, debemos sanar con el Evangelio a nuestra familia, iglesia, campo y cultura (estilo de vida) que Dios nos ha dado.
Oración del evangelista. ¡Dios! Permite que sanemos el campo, la persona y la época, y que haya verdadera sanidad en el campo donde recibimos fuerza espiritual.