LA CUMBRE CULTURAL
Romanos 16:1-27
Podemos conocer tres cosas importantes a través del capítulo 16 de Romanos. En primer lugar, el contrato secreto que poseyeron las personas que encontraron “el yo que Dios me ha dado, lo que es mío y mi campo”. En segundo lugar, el hecho de que la bendición que se mantuvo en secreto desde tiempos eternos ahora ha sido revelada. Por último, la Palabra de que Dios pronto aplastará a Satanás bajo nuestros pies. Satanás sigue obrando para controlar la cultura y conducir a las personas hacia su destrucción. Dios ha levantado a los y las Remanentes para bloquear estas obras de Satanás. Dios ha dado bendiciones a Sus hijos, que han aceptado a Cristo como su Señor. ¿Qué bendiciones hemos recibido?
1. La sanidad - Dando la respuesta
Dios nos ha dado la bendición para sanar el campo. Si conocemos y disfrutamos a Cristo, se levantarán las mismas obras que cuando José dio la respuesta a la casa de Potifar y al Faraón, o cuando Daniel dio la respuesta al Rey Darío y a Jerjes. Nosotros somos quienes poseemos la respuesta que Dios nos ha dado.
2. El misterio
No todo el mundo puede ver lo que Dios ha dado. Cuando lo vemos, recibimos el misterio de solo Cristo. Esto es sólo posible a través de Cristo (Hechos 1:1). A partir de este punto, recibimos la bendición de lo único que nadie más puede darnos (1:3). Además, la bendición de la recreación que salva vidas continúa (1:8). Somos los hijos de Dios y los Remanentes que salvarán la época; por eso, no hay motivos para caer en el engaño de Satanás.
3. Cambiar la corriente
Dios cambiará completamente la corriente a través de nosotros. Dios levantó diez milagros a través de un hombre llamado Moisés para cambiar la cultura (Éxodo 5:1-12:46), evitó que hubiera guerras en vida de Samuel, y permitió que David venciera a los filisteos (1 Samuel 17:1-47). Dios cambió la corriente a través de Ester cuando todos los israelitas se enfrentaron a un peligro de muerte, y cambió la corriente del mundo a través de Pablo (Hechos 19:21, 23:11, 27:24). Solo necesitamos encontrar y disfrutar en el tiempo de la cumbre, el tiempo del gozo y el tiempo del poder lo que Dios ha prometido darnos.
Oración del evangelista. ¡Señor! No permitas que nada nos engañe ni nos mueva, y haz que salvemos a las personas que están muriendo espiritualmente. Danos la fuerza espiritual para estudiar y convertirnos en testigos.