LO QUE DEBEMOS HACER ABSOLUTAMENTE
Hechos 1:12-13
Muchos Remanentes van a la iglesia, pero no restauran el verdadero culto ni la oración, y viven una vida triple entre la iglesia, la familia y la escuela. Dios hará obras asombrosas a través de sus vidas si entienden el verdadero Evangelio, se unen a través de la Palabra y disfrutan de Su fuerza. ¿Qué debemos hacer para recibir esta respuesta?
1. La Palabra y el Púlpito
Debemos restaurar el culto que saborea la Palabra y la corriente del púlpito. En primer lugar, es importante que nos sumerjamos en la corriente del mensaje de todo el movimiento de evangelismo que Dios está haciendo y en la corriente de los mensajes del púlpito de nuestras iglesias donde Dios nos ha enviado. Si nos unimos a la corriente del mensaje del campo que se comparte a diario a través del Diario de Oración, experimentaremos las mismas obras que experimentó la Iglesia Primitiva en el día de Pentecostés (Hechos 2:1). Reservemos un tiempo para centrarnos sólo en la iglesia y el campo.
2. La Élite
Muchos miembros de las élites que conocemos están atravesando dificultades que nadie más puede entender por un motivo. Han experimentado el éxito del mundo sin haber experimentado la fuerza de la cumbre espiritual. Por tanto, nuestra prioridad debe ser recibir la fuerza espiritual que Dios nos da desde la cumbre espiritual. En ese momento, recibiremos la bendición de la cumbre de los talentos que disfruta de la respuesta de la recreación en el campo de nuestro lugar de trabajo. No solo eso, también estará preparada la cumbre cultural de salvar y conquistar el mundo sin luchar ni competir. Los siete Remanentes de la Biblia fueron testigos de ello.
3. La personas que se enfrentan a dificultades
El mundo parece desarrollarse a través de la industrialización, pero a nuestro alrededor cada vez hay más personas sin poder que se enfrentan a dificultades. Nosotros, que tenemos el verdadero Evangelio, debemos mostrar más preocupación por estos campos descuidados. Debemos ayudar a los que sufren espiritual y físicamente a enfocarse en la Palabra de Dios y el secreto de la oración.
Oración del evangelista. ¡Dios! Avívanos en la corriente de la Palabra. Úsanos para salvar a las élites y a los que sufren a nuestro alrededor, como las figuras de Romanos 16.