ISRAEL
Génesis 32:24-32
Dios no desea que Sus hijos que han recibido la salvación se vean limitados por la comida y un techo en este mundo. Nos quebraremos ante una gran crisis si no conocemos el corazón de Dios y, en consecuencia, pasamos el tiempo intentando conseguir comida y refugio como hizo Jacob. Dios nos ha dado la respuesta de preparar la Palabra y el evangelismo mundial para derrotar a Satanás, los desastres y el contexto del infierno. También nos ha dado la bendición del trono y el derecho a percibir el futuro que Él nos ha dado. Al igual que Dios le dio a Jacob el nuevo nombre de Israel, ¿qué tres cosas ha preparado Dios para nosotros, que viviremos nuestras vidas como el verdadero Israel?
1. Mahanaim (ejército de Dios)
Dios movilizó a Sus ángeles celestiales cada vez que Jacob se enfrentó a un momento crítico en su vida (Génesis 32:1-6). Dios moviliza el respaldo del trono, que es la bendición más preciosa. Dios movilizó a Sus ángeles celestiales y el respaldo del trono durante el horario importante de la salida de Egipto de los israelitas y frente a una gran crisis como el Mar Rojo (Éxodo 14:19). Grandes obras se levantarán cuando, como hijos de Dios, creamos y disfrutemos esta verdad.
2. El horario del río Jaboc
En un momento de crisis, Jacob se olvidó de todo y se quedó solo en el río Jaboc (32:24). Cuando huyó a casa de su tío Labán, contempló el pacto que recibió y comenzó a orar. En ese momento, las respuestas de Dios comenzaron. Jacob no necesitaba una respuesta diferente. Mientras luchaba con un ángel, Jacob se aferró al pacto y pidió la gracia de Dios. En ese momento, Jacob recibió la respuesta incomparable de que su vida se transformara en el bendito nombre de Israel.
3. Peniel
Jacob pudo escuchar el llamado de Dios en medio de una gran crisis. Se encontró cara a cara con Dios y experimentó Su plan. Jacob había escuchado el llamado de Dios para toda su vida. Las crisis sirven como una gran oportunidad para que los hijos de Dios experimenten que Dios está a nuestro lado. Después, podremos desafiar para recibir la respuesta de salvar al mundo a través de la fuerza que Dios nos da y que no podemos ver con nuestros ojos.
Oración del evangelista. ¡Dios! No permitas que perdamos el pacto más precioso. Que Tu palabra gobierne nuestra vida y que nos bendigas para que podamos ser testigos de Cristo y de Tu reino.