EL EVANGELIO DE JUAN
Juan 1:11-12
La encarnación significa que Dios viene a esta tierra en forma de hombre. Esta idea resume perfectamente la esencia del Evangelio de Juan. ¿Qué pacto debemos guardar en nuestros corazones cuando leemos el evangelio de Juan?
1. Solo, único, recreación
Dios nos ha prometido a Cristo, el reino de Dios y la llenura del Espíritu Santo (Hechos 1:1, 3, 8). Esto contiene la respuesta de “sólo”, lo único y la recreación a la que debemos aferrarnos. Para mover esta generación, primero debemos descubrir las respuestas de “sólo”, lo único y la recreación en cómo oramos. Este es el comienzo para descubrir numerosas bendiciones. Sin esto, el sufrimiento seguirá creciendo a medida que pase el tiempo y heredaremos muchos problemas e influencias de nuestra línea de descendencia familiar. Debemos descubrir las respuestas de “sólo”, lo único y la recreación para mí mismo que Dios ha creado, las cosas que Dios ha provisto para mí y el campo que Dios me ha confiado. Por último, debemos descubrir las respuestas de “sólo”, lo único y la recreación dentro de nuestros estudios o negocios. Dios nos permitirá descubrir las respuestas de “sólo”, lo único y la recreación que Él nos da cuando meditamos aferrándonos a la Palabra.
2. El evangelio de Juan
El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. Este es Jesús, que es el Cristo. Juan el Bautista había compartido esta verdad (Juan 1:11-12). Jesús comenzó su ministerio en el hogar de un matrimonio. Jesús se convirtió en el encargado de la celebración de la boda e hizo el milagro de la conversión del agua en vino (2:1-11). Al entrar a Jerusalén durante la Pascua, Jesús se indignó al ver a los mercaderes vendiendo mercancías en el patio de los gentiles y los Remanentes, y les expulsó a todos (2:13-23). Antes de morir en la cruz, Jesús lavó los pies de Sus discípulos y compartió las obras del Espíritu Santo (14:26-27). Tal como se había anunciado, todo se solucionó en la cruz. Jesús resucitó como había sido prometido. Apareció ante Sus discípulos, que estaban consternados, y les reveló que él era ciertamente el Cristo. Con ellos compartió la promesa final de mandar a Pedro a apacentar a sus ovejas (21:15-18). Este es el pacto al que debemos aferrarnos por medio del Evangelio de Juan.
Oración del evangelista. ¡Dios! Gracias por enviar a Jesucristo, que es el Verbo que vino en forma de carne. Permítenos descubrir las respuestas de “sólo”, la único y la recreación de la oración y nuestra identidad como figuras principales que salvan a la iglesia y a las futuras generaciones.