EL MINISTERIO FINAL
Romanos 16:25
La mayoría de las personas tienen grabadas cosas en su interior que les impide creer en Dios. Por eso necesitamos entender qué es la verdadera sanidad a través de la Palabra de Dios. Las tres organizaciones están influyendo los pensamientos, la conciencia, el subconsciente y el inconsciente de la gente y dominan América y el mundo. El objetivo de Satanás es evitar que la gente conozca a Cristo con el método de los doce problemas, el individualismo y las tres maldiciones (desastres, Satanás, infierno). En estas circunstancias, ¿qué ministerio final debemos emprender?
1. La enfermedad espiritual
Se dice que el movimiento de la Nueva Era y varias organizaciones religiosas conducen a la gente al delirio y que sanan el yo interior por medio del movimiento de la meditación. Las personas que no creen en Dios no son conscientes del aspecto espiritual de esos movimientos. Sólo la Biblia habla sobre nuestra alma (Hebreos 4:12). Hay sanidad cuando la Palabra de Dios “viva y eficaz” penetra nuestras almas. Nuestro culto diario es lo más importante. A través de la oración a tiempo marcado (Salmo 5:3, 17:3), nuestras almas pueden sanar día y noche, y mientras conversamos con Dios a través de la oración continua, lo que hay grabado incorrectamente en nuestro interior puede cambiar. Por último, por medio de la oración concentrada, debemos tener tiempo para grabar en nuestro interior sólo a Cristo, el reino de Dios y el Espíritu Santo.
2. La sanidad mental
A partir de ese momento hay sanidad mental. Somos hijos de Dios que recibieron la salvación y cuyo Espíritu Santo está a su lado. Cuando entendemos esto, nuestras heridas se sanan. José siempre tenía presente esta verdad y disfrutaba de que Dios estuviera con él. Por eso no se sintió herido ni siquiera al ser vendido como esclavo a la casa de Potifar o acusado falsamente. Al contrario, restauró la acción de gracias en todas las circunstancias y su alma se sanó completamente.
3. La sanidad física
La sanidad física no consiste en sanar enfermedades sino en salvar a la gente. En primer lugar debemos salvar las células que componen el cuerpo. Por eso debemos hacer ejercicio físico, respirar aire limpio y comer una dieta equilibrada. Debemos abordar esto de una manera científica. Debemos trascender la ciencia que controla nuestro cuerpo y nuestra mente porque hay algo todavía más importante. Los empresarios deben ser conscientes de ello y convertir su área de especialidad en herramientas para la sanidad y las misiones. De esa manera, podremos recibir las mismas bendiciones que los siete Remanentes de la Biblia, los héroes de la fe que aparecen en Hebreos y los individuos de Romanos 16.
Temas para el fórum. ¡Dios! Úsanos hoy en el último ministerio para sanar las tres cosas que el mundo no puede solucionar.