LOS GUARDAS
Isaías 62:6-12
Dios desea algo de los que están padeciendo dificultades y un gran sufrimiento: que se conviertan en guardas. Por mucho Evangelio que poseamos, nos quebraremos si no hay guardas. Por eso, Dios nos da la fuerza del Evangelio, fuerza espiritual y la vida y nos dice que restauremos la comisión de los guardas. ¿Cómo podemos restaurarla?
1. Los guuardas de la oración
Ser guarda de la oración es el misterio que nos permite resolver cualquier problema. Dios levantó a los guardas en las murallas de la ciudad desde donde podían verlo todo y les dio la comisión de no callar ni de día ni de noche y de orar para que el Señor recordara y fuera alabado. Emanuel y la gloria del Señor es la mayor respuesta y satisfacción respectivamente que Dios nos ha dado. Dios hará Su obra si oramos 24 horas cuando nos encontramos con problemas. Dios nos ha llamado como guardas para esta obra.
2. Los guardas que preparan el camino y lo vigilan
Dios dijo a los guardas que pasaran por las puertas y prepararan el camino para el pueblo. También les dijo que allanaran la calzada, que quitaran las piedras y que alzaran pendón sobre los pueblos. Dios verterá sus respuestas si nos deshacemos de las numerosas piedras u obstáculos. La sanidad comienza cuando desechamos las piedras de las cicatrices a las que nos hemos aferrado durante mucho tiempo. Dios nos ha llamado como los guardas que preparan este camino y lo vigilan para que los pueblos de todas las naciones vean esta respuesta y vengan.
3. Los guardas que proclaman la noticia
Debemos ser los guardas que proclaman la noticia. Dios nos ha dado la comisión de proclamar el Evangelio hasta el último de la tierra para que la gente no se enfrente a su destrucción. Dios nos pide que le digamos a la hija de Sión que ya viene su Salvador y que Su recompensa va con Él. Independientemente del mal que hayamos cometido, Dios perdonará nuestras faltas si nos levantamos como guardas que Él usará para transmitir la luz de la salvación.
Temas para el fórum. ¡Dios! Levántanos como guardas que salvarán a su familia, región y era. Permite que nos convirtamos en guardas de la oración que bloquean las crisis, guardas que construyen el camino y guardas que difunden las buenas nuevas para salvar a la gente.