LA FUERZA DE LA ORACIÓN QUE PERMITE TENER UNICIDAD A TODAS LAS PERSONAS CREYENTES
Romanos 16:25-27
Dios es completo, así que no necesita nuestro poder. Lo que Dios desea de nosotros es que tengamos una fe inquebrantable en Él. Dios da el poder y las respuestas del cielo a quienes tienen una fe correcta. Una persona con esa fe es más que suficiente. Como personas que conocen esta verdad, ¿qué debemos orar para unirnos como uno solo?
1. Oculto desde tiempos eternos (Romanos 16:25)
Dios ha ocultado el Evangelio desde tiempos eternos. Debemos confirmar cómo este Evangelio fue revelado a través de los individuos de la Biblia. José, a diferencia de sus hermanos, que vivían obsesionados con cómo ganarse la vida, se aferró al plan de Dios sobre el Evangelio y las misiones. Dios cumplió el pacto y el Evangelio al que José se aferró. Lo más importante es que debemos permanecer dentro del pacto y del Evangelio que Dios cumplirá.
2. Oculto ahora (Romanos 16:26)
Hay algo que fue ocultado y que ha sido manifestado ahora. No obstante, no se manifiesta a cualquier persona, ya que el nivel de Dios no reside en nuestro intelecto o fuerza. Dios desea personas de fe que puedan servir como canal para que Él levante Sus obras espirituales. Dios revela a este tipo de personas el Evangelio que Él mismo ocultó. Debemos aferrarnos al pacto para servir como ese canal. En ese momento, el Espíritu Santo que fue revelado a la Iglesia Primitiva llevará a cabo Su obra y el mundo no tendrá más remedio que reconocerla.
3. Oculto en el futuro (Romanos 16:27)
Hemos recibido el privilegio de entrar en el Evangelio y el pacto que Dios ha ocultado para el futuro. Debemos restaurar el corazón correcto para entrar en la respuesta de Roma y la conquista del mundo, que es la promesa de Dios. Dios conquistó Roma y el mundo a través de los pocos que vivían centrados en Dios, el Evangelio y la iglesia. Recibiremos las mismas respuestas de la conquista mundial que recibió la Iglesia Primitiva cuando conozcamos y disfrutemos de este hecho.
Temas para el fórum. ¡Dios! Gracias por revelarnos el Evangelio que has escondido durante largos siglos. Ayúdanos a entrar en el pacto y el Evangelio que has ocultado para el futuro para que podamos comenzar a orar para salvar el mundo.