LAS PERSONAS QUE ESPERARON AL SEÑOR
Isaías 40:27-31
Independientemente de cuánta experiencia hayamos acumulado o cuánto hayamos aprendido, no podremos recibir las bendiciones de Dios si no podemos reconocer nuestro propio valor. Los israelitas perdieron el valor de ser hijos de Dios y padecieron una gran miseria por causa de su incredulidad. El templo de Israel fue destruido por los babilonios, y los israelitas acabaron sometidos a cautiverio. Dios dio en ese tiempo la Palabra a través de Isaías de que los que esperan en el Señor tendrán nuevas fuerzas. ¿Cuál es el significado de esta Palabra?
1. Agarremos firmemente el pacto de salvación que Dios ha dado (Isaías 40:1-5)
Obras importantes se levantan cuando un hijo de Dios se aferra firmemente al pacto de salvación. Satanás no podrá vencernos nunca mientras agarremos correctamente este pacto. En ese momento, nuestro destino cambiará: empezaremos a disfrutar de las siete bendiciones de un hijo de Dios que son invisibles a nuestros ojos. También comenzaremos a gozar del poder para superar los seis estados de la persona no creyente.
2. Aferrémonos firmemente a la Palabra de Dios (Isaías 40:6-11)
Dios dio a Isaías la Palabra: “La hierba se seca y se marchita la flor, mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre” (Isaías 40:2-17). Sin embargo, la mayoría de personas vive en función de sus propios pensamientos y terquedad, por lo que pierde la Palabra de Dios. Las obras se levantan cuando un hijo de Dios se aferra a la Palabra porque Él obra y responde según Su Palabra.
3. Restauremos el misterio de la oración (Isaías 40:12-31)
Restauremos el misterio de la oración. Dios gobierna sobre todos los seres vivos (Isaías 40:2-17). Es Dios quien levanta un héroe que salva la era y quien les quita la vida (40:23-26). Nuestro Dios, cuya sabiduría y comprensión es infinita, da fuerza a los débiles y poder a los impotentes. Dios ha prometido dar una fuerza nueva, como la de un águila que se eleva por el cielo, a las personas que restauren el misterio de la oración.
Temas para el fórum. ¡Dios! Permite que comprendamos el valor de quiénes somos, restablezcamos el misterio de la oración y de la Palabra, y seamos evangelistas que salvan al mundo.