EL EQUILIBRIO ENTRE EL ENTRENAMIENTO DEL EVANGELIO Y LA PROFESIÓN (ESTUDIOS, TRABAJO)
Colosenses 2:2-3
A medida que vamos recibiendo entrenamiento para centrarnos en el Evangelio, podemos encontrar que descuidamos nuestro trabajo. Por el contrario, si nos centramos únicamente en nuestro trabajo, el Evangelio perderá presencia en nuestra vida y nos llenaremos de sentimientos encontrados. Estudiamos y trabajamos duramente y hemos logrado bastante éxito, pero no deseamos sufrir problemas espirituales. Por otro lado, damos gracias por entender Evangelio, pero sentimos vergüenza de nuestra incompetencia. Entre entrenar en el Evangelio y desarrollar bien nuestra profesión, ¿qué debemos elegir cuando no podemos permitirnos perder ninguno de los dos?
1. El equilibrio entre el Evangelio y nuestro trabajo
Una persona de éxito en el mundo busca un equilibrio entre su vida y su trabajo. Los siete Remanentes de la Biblia (José, Moisés, Samuel, David, Eliseo, Isaías, Pablo), sin excepción, encontraron un equilibrio entre la espiritualidad y el intelecto. No necesitamos separar el Evangelio y el trabajo en nuestra vida y llenarnos de sentimientos encontrados. Si es algo que es inevitable y que debemos superar, no perdamos esta oportunidad; al contrario, desafíemos y venzamos.
2. Integración del Evangelio y de la profesión
Una persona diligente con un estilo de vida razonable encuentra el equilibrio en la vida y vive bien. Sin embargo, los Remanentes deben tener un secreto que vaya más allá del nivel de una persona no creyente. La oración y el campo en las vidas de los siete Remanentes de la Biblia se integraron en uno. Integraron su profesión y entrenamiento del Evangelio sin separarlos. Su vida escolar y laboral era el propio culto. Sus oraciones siempre recibieron contestación en el campo en forma de bendición.
3. La profesión a través del Evangelio
Dios quiere que vayamos más allá del simple equilibrio o integración del Evangelio y de los estudios. Nos dice que encontremos la especialidad y los talentos que provienen del poder del Evangelio y de la oración. La confesión de fe de Pablo, que disfrutaba de las obras de Dios que se cumplían por medio del Evangelio, estaba “en Cristo Jesús” (2 Timoteo 2:1). Pablo recibió la guía de Dios sin ser movido por su codicia o las palabras de la gente. No se trataba de hacer esfuerzos y o de intentarlo duramente; antes de ir al campo, en primer lugar vio las bendiciones de Dios y perseveró con gratitud.
Temas para el fórum. ¡Dios! Permite que superemos los conflictos entre el Evangelio y los estudios y trascendamos el simple equilibrio e integración. Obra en nuestras vidas para que podamos ir al campo como testigos con nuestros estudios en Cristo y como testigos en nuestra especialidad.