EL MINISTERIO DE SANIDAD INSPIRADO POR DIOS
Génesis 41:38
Dios tiene un motivo para llamarnos como figuras principales para salvar esta era a pesar de nuestros defectos. Por eso, Dios desea que entendamos que sólo el Evangelio puede salvar este mundo y esta era llena de enfermedades. Sin embargo, tendemos a caer en el engaño de la economía, del futuro incierto y de las amenazas que se ciernen sobre nuestras vidas aunque tengamos Evangelio. Dios nos sigue guiando hoy en día y ha prometido estar a nuestro lado también en el futuro. Cuando creemos en este pacto podemos ver el campo con los ojos de un ministro de sanidad inspirado por el Espíritu de Dios. ¿Qué debemos empezar a hacer ahora mismo como personas que salvaremos el campo?
1. Sanando las enfermedades
Las obras del avivamiento de este mundo enfermo se levantarán cuando el Evangelio correcto sea transmitido. Hasta las puertas del evangelismo se abrirán sin dificultad. Al hablar de lo último de la tierra, Jesús se refiere a aquellas personas que están espiritual y físicamente enfermas. Por tanto, debemos descubrir Roma y los confines de la tierra a los que debemos salvar y atacar. Hay muchas personas que viven confundidas por la religión y que sufren problemas espirituales y enfermedades en sus campos. Debemos ayudarles compartiendo con ellas el Evangelio correcto, ya que este es el camino para salvar “mi último de la tierra”.
2. La sanidad cultural (Hechos 1:1, 3, 8)
Los siete Remanentes de la Biblia (José, Moisés, Samuel, David, Eliseo, Isaías, Pablo) trajeron sanidad a la cultura aferrándose al pacto de Cristo, el reino de Dios y la llenura del Espíritu Santo. Las enfermedades surgen de forma inevitable en la cultura del mundo nacida de la separación de Dios. Debemos esperar pacientemente hasta que se cumpla el horario, y después compartir el Evangelio y enseñar la oración que permitirá que se establezca el reino de Dios. En ese momento, Dios nos dará de poder y nos levantará como testigos. Este es el método de la sanidad cultural de Dios.
3. La sanidad intelectual (Filipenses 3:1-21)
Las personas que condenan a otras y se jactan de su estatus e inteligencia no pueden llamarse verdaderos intelectuales. Pablo consideraba que todo lo que había aprendido era basura en comparación con conocer a Cristo. Además, quería que Cristo descubriera su vida, que estaba llena de falso conocimiento. Cualquier éxito al margen de Cristo vendrá seguido de problemas. Por tanto, debemos aferrarnos a lo que hay detrás del éxito. Eso es la sanidad intelectual.
Temas para el fórum. ¡Dios! Permíteme ver el campo que está sufriendo de estar separado de Dios. Que me llene del Espíritu de Dios y cure las enfermedades, la cultura y el intelecto que permanecen ajenos a Dios.