DESCUBRAMOS EL CAMPO QUE DIOS NOS HA DADO PARA SALVAR A LOS PUEBLOS MULTI-ÉTNICOS Y A LOS REFUGIADOS
Hechos 1:1-14
Tendremos una victoria segura si estamos en el campo que Dios nos ha dado. Para descubrir “el campo que Dios nos ha dado”, debemos ver en primer lugar el final de la tierra que necesita el Evangelio. El final de la tierra puede ser el pueblo judío que recibió el Evangelio en primer lugar, pero que finalmente perdió el pacto, o las personas que viven lejos de la civilización y que nunca han escuchado el Evangelio. También pueden ser personas de distintas razas que han caído en religiones que no son el Evangelio, el pueblo de Corea del Norte que ha sido víctima de su ideología, y las personas que están sufriendo espiritual y físicamente. Con el fin de salvar a los trabajadores de distintas etnias y a los refugiados con quienes nos reunimos en el campo, ¿qué título de oración debemos tener?
1. Trabajadores multiétnicos
Primero, debemos sanar los antiguos doce problemas (Génesis 3, 6, 9, Hechos 13, 16, 19, seis estados de la persona no creyente). También necesitamos cambiar sus grabaciones, raíces y naturaleza con el Evangelio y sembrar en su interior el sentido de identidad de los hijos de Dios. Es importante que les salvemos en el campo misionero, pero lo más urgente es encontrar y educar a los discípulos entre las personas multiétnicas que encontramos en “mi campo que Dios me ha dado”. En especial debemos prestar atención a sus hijos (Niños con una Tercera Cultura) porque pueden experimentar confusión respecto de su identidad nacional y albergar un sentimiento de alienación de la sociedad. Debemos decirles que los siete Remanentes (José, Moisés, Samuel, David, Eliseo, Isaías, Pablo) de la Biblia disfrutaron de la tercera cultura como su respaldo y que Dios salvó al mundo a través de ellos. Dios usará absolutamente a la población multiétnica para Su obra.
2. Refugiados - desertores
Corea del Norte representa para la República de Corea (Hechos 8:4-8) lo mismo que representaban los samaritanos para el pueblo judío. Las almas en Corea del Norte han perdido su poder para discernir espiritualmente al ser víctimas de un movimiento ideológico. Los refugiados, a quien Dios ha enviado, también han sido marcados de esa manera. Debemos abrir los ojos con el fin de ver el plan de Dios para estas almas y orar por la verdadera sanidad. Debemos hacerlo porque no luchamos contra la carne y la sangre, sino que luchamos una batalla espiritual contra las fuerzas espirituales del mal (Efesios 6:12).
Temas para el fórum. ¡Dios! Gracias por llamarnos al campo que necesitas. Haz que hoy sea el día en el que peleemos la batalla espiritual a través de la oración por el pueblo multiétnico y a los refugiados.