LA MISIÓN QUE SIEMPRE DEBEMOS LLEVAR CON NOSOTROS
Hechos 1:7-8
Muchas veces perdemos las bendiciones espirituales porque medimos las respuestas en nuestra vida de fe cristiana en función de los estándares de la carne y del mundo. Es importante ganarse la vida y disfrutar de ella, pero en realidad no es lo más importante. Lo más importante es restaurar el verdadero Evangelio que Dios nos ha dado y vivir para cumplir la verdadera misión, ya que estamos vestidos con la gracia y el poder que hemos recibido de Él.
1. Una persona que ve el mundo interior
No debemos dejar que la apariencia llena de brillo del mundo nos engañe. Debemos ver su interior y los problemas que encierra. La gente del mundo vive atrapada y sufre por causa de problemas internos e invisibles que nada puede resolver. Hemos recibido la misión de vivir una vida donde testifiquemos a estas personas el Evangelio de Jesucristo, que es la única y verdadera solución.
2. Una persona que conoce el mundo espiritual
No debemos vivir como insensatos que son consumidos por los placeres del mundo y que pierden las bendiciones espirituales que Dios nos da. Una persona que es consciente del mundo espiritual no busca nada más. En esta persona mora el Espíritu de Dios (Génesis 41:38) y ninguna de sus palabras cae al suelo (1 Samuel 3:19). El Espíritu del Señor viene poderosamente sobre él (1 Samuel 16:13), y persiste y pide una doble porción del espíritu (2 Reyes 2:9-11). Debemos buscar solo la llenura del Espíritu Santo porque es la mayor bendición que Dios nos da.
3. Una persona que conoce el mundo cultural y trae sanidad
Dios nos llamó como personas que quebrarán toda la oscuridad y las culturas de idolatría en el campo, frenarán los desastres espirituales y sanarán a las personas que están muriendo. Debemos hacer una cosa para realizar esta comisión. Debemos vestirnos con el poder que proviene de la llenura del Espíritu Santo, y ver y disfrutar de mi Palabra, oración y evangelismo (3 hoy) que Dios ha preparado.
Temas para el fórum. ¡Dios! Abre nuestros ojos, que estaban cerrados, para que no busquemos las cosas del mundo sino Tus cosas y para que vivamos la vida del evangelista que salva al mundo.