EL MANTENIMIENTO ESPIRITUAL - LAS PÁRABOLAS DEL CIELO DE JESÚS
Mateo 13:10-16
Jesús compartió numerosas parábolas para explicar el reino de los cielos. Si nosotros, como hijos de Dios, nos volvemos a equipar con las bendiciones espirituales y a predicar correctamente el Evangelio a través de estas palabras, dejaremos de preocuparnos independientemente de las cosas que nos sucedan. ¿Qué debemos entender nosotros, como personas del cielo, a través de las parábolas del cielo?
1. La parábola respecto a nuestra vida de fe (Mateo 13:1-9, 24-30)
Si la semilla del Evangelio que hemos sembrado cae en buen suelo, dará 30, 60 o incluso 100 veces más el mismo fruto. Jesús nos advierte de que hay malas hierbas que el enemigo (diablo) ha plantado. Sin embargo, también nos dice que no hay motivo para preocuparse por las malas hierbas porque en los tiempos finales éstas serán recogidas en primer lugar y quemadas. Por el contrario, el trigo será recogido y almacenado. En otras palabras, el pueblo de Dios irá al cielo. Dios nos ha dado el Evangelio y el respaldo celestial que nunca puede desaparecer. En nuestra vida de fe debemos ser considerados y entregarnos en todo, pero nuestro estándar siempre debe ser el Evangelio.
2. La parábola sobre los hijos de Dios y el poder del Evangelio (Mateo 13:31, 33)
Aunque nuestra fe sea tan pequeña como una semilla de mostaza, con el tiempo, crecerá y se convertirá en un gran árbol porque nuestra fe tiene vida. Del mismo modo, la levadura se extiende por toda la harina, aunque nuestros ojos no puedan apreciarlo. El poder del Evangelio de la vida es invisible a los ojos, pero tiene el poder de cambiarlo todo. Cuando los hijo de Dios planten la semilla de la vida en el campo que está dominado por la cultura de oscuridad, esa semilla se convertirá en un gran árbol y se extenderá como la levadura para cambiar todo el campo.
3. La parábola sobre el evangelismo y las misiones (Mateo 13:44, 45)
El cielo es como un tesoro escondido en un campo. Es una bendición tan valiosa que podemos vender todas nuestras posesiones sólo para comprar ese campo. Nuestra obra de evangelismo y misiones les puede parecer una tontería a las personas no creyentes. Pero nosotros conocemos el tremendo valor del respaldo celestial oculto en ese ministerio. Ese valor es tan grande que es lo mismo que vender todo lo que poseemos para comprar una perla preciosa. Por eso no hay ninguna razón en absoluto para que nos desanimemos. Dios no quiere que nos desanimarnos por causa de nuestro entorno. Dios desea que encontremos y disfrutemos de las bendiciones preparadas mientras predicamos el Evangelio en el campo.
Temas para el fórum. ¡Dios! Gracias por llamarnos como pueblo del cielo. Oremos para que el movimiento de la vida que nadie pueda bloquear se levante en todos los campos a los que vayamos.