MIQUEAS
Miqueas 1:1-2
Miqueas, que pertenecía a la tribu de Gad, fue un profeta de un pequeño pueblo llamado Moreset. En tu tiempo hubo otros profetas como Oseas, que vivía en el reino de Israel, situado al norte, e Isaías, del sureño reino de Judea. Hoy leeremos en el libro de Miqueas, que profetizó la destrucción y restauración del norte de Israel.
1. La causa de la destrucción de Samaria y Judá
La división de Israel, una nación escogida por Dios, en dos reinos, el del norte y el del sur, y su historia, llena de constantes sufrimientos y destrucción, responden a una causa. El motivo es que había caído en la idolatría y la cultura del mundo, y también había perdido el Evangelio que contiene todas las bendiciones de Dios. Durante el tiempo de Miqueas, Samaria y Judea cometieron un grave pecado (2:2). Esta historia de sinrazón no debe repetirse. Debemos tener esperanza de restablecer el Evangelio. Perder el Evangelio debe ser nuestro mayor miedo.
2. La destrucción y el mensaje de salvación
El libro de Miqueas nos dice que no habrá ningún fruto para comer, que no queda ni una persona justa, y que el día del castigo vendrá en el día del juicio de Dios (7:1-6). Sin embargo, aparte de desastres, se han anunciado más cosas. Dios dijo que extendería los límites de las personas que conocen sólo al Señor y para quienes el Señor es su luz. Las personas salvas de Dios reciben bendiciones cuando entienden el Evangelio (7-11).
3. Las bendiciones de Israel
En el día del Señor, debemos permanecer en el camino de la salvación y no de los desastres y levantarnos como personas que comparten la noticia de la salvación. No debemos conocer simplemente el Evangelio, sino poseer su poder. También debemos convertirnos en personas que posean la unicidad, la comisión de evangelismo y misiones que Dios nos da y restaurar el Evangelio en esta era como el Profeta Miqueas. Dios abre todas las puertas y nos bendice cuando recorremos el camino del discípulo de evangelismo.
Temas para el fórum. ¡Dios! Impide que repitamos el fracaso de los israelitas. Haznos vivir para la obra de sostener, restaurar y transmitir el Evangelio con toda nuestra fuerza y vida.