TESTIGOS DEL APOSENTO ALTO DE MARCOS
Hechos 1:8
En la Biblia se profetiza que el mundo se sumergirá progresivamente en una época de desastres. En tiempos de la Iglesia Primitiva surgieron problemas similares. Sin embargo, Dios derramó la llenura del Espíritu Santo sobre los creyentes que se reunieron en el campo del aposento alto de Marcos, donde comenzó la Iglesia Primitiva, con el fin de enviarlas al mundo a salvar la época. Dios nos ha provisto de este mismo poder porque ha prometido convertirnos en testigos que puedan disfrutar fácilmente de la autoridad del Espíritu Santo que supera los desastres de cualquier época. ¿Qué clase de discípulo es éste?
1. El testigo de Hechos 2
Hechos 2 es la respuesta que Dios dio a los creyentes reunidos en el aposento alto de Marcos. Nosotros también podemos recibir esta respuesta si oramos simplemente durante cinco minutos, preguntando: “¡Dios! Dame el pacto del Monte Calvario. Dame la respuesta de tu reino que diste en el monte de los Olivos”. Si oramos de esta manera, recibiremos el horario, el poder y las puertas de las respuestas de Dios por obra del Espíritu Santo, que es como el viento y el fuego que nadie puede bloquear. Podremos disfrutar de la bendición de ser testigos si recibimos esta respuesta.
2. El testigo de la cultura (Hechos 3:1-12)
Dios levantó a los miembros de la Iglesia Primitiva para cambiar la cultura. La cultura cambió a través de estas personas, que no eran perfectas. La nación de Israel quedó conmocionada cuando Pedro transmitió al Cristo en el que creía, al hombre paralítico sentado frente a las puertas del templo. Ante los jueces, Pedro proclamó su confesión de fe sobre Cristo. Nosotros también podemos formar una ONG, un programa de ayudas sociales y una cultura que evangelice a través del poder de Dios. Así podremos ser testigos como la Iglesia Primitiva y Pedro.
3. El testigo de la sanidad
La evangelización de África que comenzó a través del diácono Felipe (Hechos 8:26-40) demuestra claramente la importancia de una persona que posee el Evangelio. Como personas que poseen el Evangelio, hemos sido llamadas como testigos para este propósito. Por lo tanto, ya poseemos el poder de cambiar el campo que está siendo influido por los adivinos y las personas que están poseídas por los demonios. Debemos salvar Roma y el campo plagado de idolatría, y comparecer ante César. Debemos comenzar el viaje del pacto que Dios empezará a través de nuestras vidas.
Oración. ¡Dios Padre! Bendice nuestras vidas para que el pacto final que tú has dado se cumpla. Comienza las obras de salvar esta época y la iglesia.