CON UN CORAZÓN
Hechos 8:4-8
Existe un motivo que explica por qué los héroes de la fe en la Biblia no vacilaron ante ningún acontecimiento o problema. Estas personas se aferraron al Evangelio con un solo corazón. Se sanaron con esa respuesta y vivieron para salvar sus campos y a todas las personas con las que tuvieron encuentros. Nosotros también debemos tener un corazón para el Evangelio que Dios nos ha dado y para nada más. Las mismas bendiciones que disfrutaron los héroes de la fe vendrán también sobre nuestras vidas. ¿Qué clase de bendición es?
1. La sanidad en el campo
Dios nos dio la bendición de un corazón para el Evangelio completo. Sin embargo, Satanás nos impide entender esta bendición en el campo. Las personas que no conocen esta verdad son incapaces de ser una con el resto porque se enfrascan en peleas inútiles. Por el contrario, la oscuridad y los desastres del campo se derrumbarán y las obras de sanidad se levantarán si las personas que tenemos Evangelio somos una con un solo corazón. El milagro de que se abran las puertas del movimiento de la vida comenzará.
2. La sanidad de la iglesia
Dios restauró el Evangelio en todas las épocas a través del movimiento del tabernáculo (1 Crónicas 29:10-14) y el movimiento de la iglesia (Hechos 2:1-47). Dios sigue buscando la iglesia en la que todos sus miembros sean uno por medio de sólo el Evangelio y disfruten de la bendición de un solo corazón. Si confiamos todas nuestras preocupaciones al Señor, podremos servir a la iglesia, establecer la iglesia y llevar a cabo la comisión de sanar con un solo corazón para el Evangelio.
3. La sanidad personal
Felipe, después de la muerte de Esteban, se dirigió a Samaria, un campo donde nadie iba y proclamó el Evangelio. A la gente que escuchó sus palabras y le siguió con un solo corazón le sucedió algo asombroso. Los demonios huyeron, las personas con lepra y las lisiadas se sanaron, y una gran alegría les inundó. La puerta para sanar a la gente se abre en el campo a los evangelistas que tienen un corazón para el Evangelio. Dios sanará a las almas enfermas espiritual, física y mentalmente y nos dará la bendición de encontrar a los discípulos que continuarán el movimiento del Evangelio.
Oración. ¡Dios! Permítenos dar hoy nuestro único corazón por el Evangelio y vivir la vida de un evangelista que sana el campo, la iglesia y a las personas.