MISIONES Y ORACIÓN PROFUNDA

Gálatas 2:20
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

En función de lo que haya enraizado en nuestro corazón, las perspectivas y actitudes en nuestra vida cambian. Si las heridas y sufrimientos que hemos recibido son grandes, en nuestro corazón enraizarán cosas negativas. Esto nos dificultará a la hora de comunicarnos con el mundo y hará que tropecemos cuando tengamos dificultades y que fracasemos. Es complicado cambiar lo que hay enraizado en nuestro corazón, pero el poder de Jesucristo por sí solo puede transformar lo que ha enraizado incorrectamente. Debemos gozar a diario del poder de Jesucristo y entrar en oración concentrada. ¿Qué sucederá cuando cambien las cosas que están enraizadas en nuestros corazones?

1. La razón por la que necesitamos sanidad para las cosas enraizadas en nuestro corazón
Los problemas espirituales pueden sucederle a cualquiera. Es más, nos enfrentamos a numerosas heridas que recibimos cuando estábamos creciendo, y también a nuestras limitaciones. Dios creó al ser humano como un ser bendecido (Génesis 1:28). Para entender las bendiciones que Dios ha vertido sobre nuestras vidas, debemos cambiar lo que ha enraizado en nuestro corazón. Pablo entró en oración profunda y en ese momento no sabía si estaba dentro o fuera de su cuerpo (2 Corintios 12:2). Si gozamos del poder de la oración concentrada, experimentaremos la sanidad de nuestros problemas espirituales y de lo que ha enraizado en nuestro corazón, y Dios nos dará la respuesta de cambiar el mundo cuando nuestro estado espirtual alcance su punto álgido.

2. Comisión de las misiones mundiales
Veremos a las naciones que se están muriendo por no conocer el Evangelio cuando miremos el mundo espiritual después de recibir sanidad de lo que ha enraizado en nuestro corazón. La cultura de oscuridad que se ha abierto camino en el mundo espiritual se extenderá de forma veloz, concretamente en los lugares donde no hay Evangelio. No hay nadie que no cometa pecados o que no  muera por muy importante o conocido que sea. El Evangelio por sí solo puede resolver los pecados de la persona y los desastres. Las obras de Dios comenzarán desde el momento en que hagamos discípulos de todas las naciones (Mateo 28.19). Porque es imposible por nuestro poder, Jesús nos dijo que recibiéramos la llenura del Espíritu Santo (Hechos 1:8).

3. Entremos en oración concentrada
La razón por la que Jesús proclamó la Palabra de Dios a sus discípulos durante cuarenta días en el Monte de los Olivos después de resucitar fue para cambiar lo que había enraizado en sus corazones (Hechos 1:3). Después de bajar del monte, los discípulos se reunieron juntos constantemente en oración (Hechos 1:14). Igualmente, necesitamos orar, coger el mensaje del púlpito del domingo y gozar de la oración concentrada continuamente durante cuarenta días (Hechos 2:42). La oración concentrada de gozar de sólo Jesucristo y de la llenura del Espíritu Santo sana el cuerpo, el espíritu e incluso el corazón. Es más, veremos la respuesta práctica de gozar de la oración en nuestra vida diaria y de salvar vidas y la época.

Temas para el fórum. ¿Qué cosas han enraizado en nuestro corazón y pensamientos? Examinemos qué ha enraizado en nuestro corazón y pensemos concentradamente en los mensajes del domingo.