PODER DE LAS PERSONAS DISCÍPULAS DEL EVANGELISMO
Hechos 1:1-8
a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios. (3)
Sin el poder de Dios, podemos pensar que el evangelismo es difícil. Cuando no recibimos la fuerza de Dios, podemos perdernos cosas importantes por prestar más atención a las triviales. Debemos saber cómo se sintió Jesús al predicar el reino de Dios durante cuarenta días después de resucitar. Durante cuarenta días, ¿qué compartió Jesús con Sus discípulos?
1. Lo más importante
Al morir en la cruz y resucitar, Jesús probó personalmente que Él era el Cristo. Solucionó completamente el problema del pecado, Satanás y de la separación que no se podía resolver de ninguna otra forma. Jesús resucitado está vivo y obrando ahora mismo. Esto no debe ser un simple dato que tengamos en la cabeza, sino una respuesta que experimentemos de primera mano en nuestras vidas. Si lo hacemos, Dios nos guiará y obrará dondequiera que vayamos. Gozaremos del reino de Dios. Cuando esta vida continua, al final nos levantamos como testigos. Esto sucede porque todo y todas las situaciones serán un respuestas en nuestras vidas.
2. Método de Dios (Hechos 1:8)
Jesús nos dio otro pacto que no debemos dejar escapar: “Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra2 (Hechos 1:8). Por lo tanto, necesitamos simplemente creer en esta promesa, y juntarnos constantemente en oración (Hechos 1:14), y gozar de la comunión unos con otros y perseverar en la doctrina de los apóstoles (Hechos 2:42). Este es el método de Dios. Sin este método, no podemos salvar esta época sin Evangelio que está siendo destruida. Sin el método de Dios no podemos cambiar el mundo que está lleno de familias rotas, crimen y enfermedades mentales.
3. Respuestas que siguen
Cuando disfrutamos lo que Jesús compartió con Sus discípulos durante cuarenta días, el evangelismo se levanta de un modo natural. Dios da la llenura del Espíritu Santo a las personas que la piden, y es justo que abra las puertas del evangelismo para las personas que desean compartir el Evangelio. La gente que quiere escuchar el Evangelio ya ha sido preparada (Hechos 13:48) y como el evangelismo es simplemente un encuentro entre una persona que posee el Evangelio y una que lo necesita, puede significar conocer alguien por primera vez, como Felipe y el eunuco etíope (Hechos 8:26-40). El evangelismo que cambia la vida de alguien es la mayor experiencia que podemos vivir.
Temas para el fórum. ¿Nos resulta difícil el evangelismo? Meditemos tranquilamente sobre lo que Jesús quería compartir con Sus discípulos. Planeemos qué clase de Evangelio queremos compartir con la gente que conozcamos.