PODER PARA CAMBIAR LA ÉPOCA
Hechos 1:8
pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
¿Por qué las personas salvas de Dios necesitan evangelizar? El número de gente con problemas mentales y depresiones crece continuamente. También hay un número de individuos que viven con heridas, prejuicios, y con una naturaleza equivocada que se ha desarrollado a través de las cosas que han enraizado en su interior a lo largo de la vida. Hay un límite a la sanidad que el mundo puede proporcionar. Sólo el Evangelio permite la completa restauración de los problemas. ¿Cómo podemos cambiar las cosas que han enraizado incorrectamente en nuestro interior y recibir sanidad espiritual?
1. Cambiar nuestros pensamientos
Aferrémonos sólo a Jesucristo. Las personas que tienen la respuesta de “sólo” conocen el poder de Dios; por tanto, cogen el pacto de la evangelización mundial en cada campo al que van. La razón por la que David no temía a Goliat es porque lo percibía como alguien que estaba perdido porque no conocía a Dios. Además, Dios creía en el poder de Dios más que en el escudo y la lanza que llevaba Goliat. Si podemos coger la respuesta de “sólo” en medio de los problemas, descubriremos las bendiciones. La fuerza para coger las crisis como oportunidades y conflictos como un método para renovarnos sólo se puede encontrar en Jesucristo. Además, descubriremos el plan de Dios dentro de las respuestas.
2. Cambiemos nuestro estilo de vida
Hay un método para abandonar nuestros miedos y cambiar nuestro estilo de vida. Cuando recibimos la respuesta de Jesucristo por medio de la oración cada día, recibimos el poder de Dios. Cuando cogemos el mensaje del púlpito del domingo y entendemos la importancia de sólo Jesucristo, recibimos grandes bendiciones y se produce la obra de las respuestas por medio de la cual las personas discípulas se levantan. Esperemos a que venga el reino de Dios. Después, cojamos el poder que Dios da y asumamos nuestra comisión como un reto con el que desafiarnos. Si cambiamos nuestros corazones para que el reino de Dios se establezca en nuestras vidas, Dios comenzará a obrar en nuestro lugar de trabajo, empresa, centros de estudio y en cada campo.
3. Cambiemos nuestro estatus y autoridad
Jesús dijo que los hijos de Dios son la luz y la sal de este mundo (Mateo 5:13-16). También Dios nos ha llamado como Su templo (1 Corintios 3:16). Los hijos de Dios son sacerdocio real y nación santa (1 Pedro 2:9). No hay nada que temer. No sólo Dios está a nuestro lado, también nos ha dado la autoridad para pisar serpientes y escorpiones y para superar el poder de nuestros enemigos (Lucas 10:19). Entenderemos que todo está dentro de Jesucristo cuando desechemos nuestra incredulidad y humanismo.
Temas para el fórum. Dediquemos cinco minutos al día a orar; postrémonos y centrémonos en Jesucristo. Será un tiempo valioso para que obre el poder de Dios.