1 Corintios 1:21 Puede que hayamos escuchado el Evangelio y empezado de cero nuestra vida, y sin embargo hay ocasiones cuando no somos capaces de liberarnos de nuestras costumbres y hábitos del pasado, y seguimos viviendo como éramos antes. Nuestras personalidades, temperamentos y los problemas complicados en nuestras familias nos atan; nos acostumbramos a nuestra incredulidad y preocupaciones como hacíamos antes y dejamos de creer en el poder de Dios. Si embargo, Dios no sólamente se responsabiliza de nuestra vida sino que también planea que el Evangelio se comparta a través de nuestras vidas. Dios nos dará fuerza y nos responderá porque nos ha llamado como evangelistas. ¿Cuáles son las bendiciones que Dios nos ha dado como evangelistas?
1. ¿Damos gracias por la salvación que hemos recibido? Nos hemos separado de Dios, el pecado y las maldiciones nos atan y luchamos en medio de la oscuridad y sufrimientos, y sin embargo, Dios nos ha hecho Sus hijos e hijas. Nos ha dado el estatus y la autoridad de ser Sus hijos y nos ha dado la llave para recibir respuestas a la oración. Siempre que oramos en el nombre de Jesucristo, nos guía por medio del Espíritu Santo y nos contesta. Damos gracias por la salvación que hemos recibido como gracia, y Dios nos da la bendición de compartir el Evangelio con nuestras bocas. ¿Está fluyendo hoy de nuestras bocas esta confesión de agradecimiento?
2. ¿Estamos recibiendo la guía del Espíritu Santo? Dios, quien nos ha dado la bendición de la salvación, quiere que recibamos las respuestas. Desea que gocemos de la bendición de ser un hijo o una hija de Dios, que nos liberemos de nuestras heridas y dolores del pasado, y que vivamos con alegría y en paz. Dios nos guía por medio del Espíritu Santo; por eso, sólo necesitamos confiar a Dios todo nuestro estrés y probelmas que tenemos en un momento dado. Concretamente, si ponemos toda nuestra atención en encontrar a otras personas discípulas que Dios ha enviado a la iglesia, nos encontraremos con las que estén preparadas. El misterio de salvar la época está en las personas discípulas. Dios unirá a las personas discípulas con aquellas que estén llenas de agradecimiento por la salvación y que busquen la guía del Espíritu Santo.
3. ¿Estamos viviendo una vida de comunicación espiritual mutua? Pablo el evangelista y su discípulo Timoteo conectaron entre sí. Noche y día, Pablo recordaba constantemente a sus discípulos en sus oraciones, daba gracias a Dios y entendía las lágrimas de sus discípulos (2 Timoteo 1:1-5). Las personas que aman el Evangelio y dedican sus vidas a predicarlo conocerán todas las circunstancias de las demás, orarán juntas y se ayudarán entre sí (Colosenses 4:7-8). De la misma manera, los pastores y las personas que forman la iglesia deben entenderse mutuamente. Deben comunicarse espiritualmente y también mantener bellas relaciones donde comprendan totalmente las vidas de las demás y se ayuden entre sí en lo que necesiten. Levantar continuamente este tipo de discípulos y discípulas en la iglesia es confortar el espíritu de Dios (1 Corintios 16:18).
Temas para el fórum. Cuánto más meditemos en la bendición de la salvación, más cosas encontraremos por las que dar gracias. Sin embargo, a menudo vivimos quejándonos y con un corazón resentido. Busquemos la voluntad de Dios que se cumplirá a través de nuestras vidas y reflexionemos sobre el misterio de la salvación que hemos recibido.
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