Josué 1:1-9 2 Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. Moisés, que lideraba a su pueblo, murió, y el pueblo de Israel se inquietó y llenó de incredulidad. En ese momento, Dios llamó a Josué como nuevo líder y lo condujo hasta la tierra de Canaán, que estaba bajo dominio de las siete naciones. Aunque no tenía ninguna experiencia como líder y la tarea era complicada, Dios le dijo que no temiera. Nuestros caminos pueden estar plagados con muchos obstáculos, pero ¿qué desea Dios, que confió en Josué, para nuestras vidas hoy?
1. Debemos coger correctamente la Palabra de Dios Mirando a Moisés, Josué cogió la Palabra que Dios le había dado a Moisés y al pueblo de Israel. No importa la situación en la que nos encontremos: si tenemos la Palabra de Dios en nuestro corazón, experimentaremos cómo Su plan obra en nuestras vidas. Josué creyó en el Mesías que solucionaría el problema de la separación de Dios, un problema que nadie más podía solucionar. De la misma forma que Dios estaba con Moisés, Josué creyó en la promesa de que Dios estaba con él. Tendremos respuestas hoy si experimentamos el pacto que tenía Josué.
2. Debemos ver la evidencia que Dios nos muestra Josué no dudó ante el clamor de los israelitas y las complicadas condiciones del desierto. Josué vio a la gente que había caído en idolatría y vio a Dios, que había estado con Moisés. Vio las diez plagas de Egipto y experimentó el pacto de la sangre de Cristo, y vio el pdoer de Dios que había abierto el Mar Rojo. Experimentó el poder de Dios que estaba con Moisés cuando levantó sus manos para orar en la batalla contra los amalecitas y cuando exploró Canaán y tuvo fe. Debemos encontrar la evidencia de que Dios ha dedicido mostrarnos en todas las situaciones, tal y como hizo Josué.
3. Debemos experimentar el poder de la oración de un modo realista Por encima de todo, Josué oró de un modo realista. Aprendió de la oración de Moisés, que fue la figura central del éxodo de Egipto. Dios prometió a Josué: “Como estuve con Moisés, estaré contigo”. El secreto de la valentía y la falta de miedo de Josué fue que oraba. Si no hubiera creido que Dios estaba con él, Josué no habría podido conducir a los israelitas ni conquistar Canaán. La oración es nuestra fuerza cuando somos débiles e impotentes.
Temas para el fórum. Dios nos ha llamado a pesar de nuestra pobreza y debilidad y total desesperanza. Dios ha prometido que nadie nos vencerá a pesar de que no podemos hacer nada con nuestras propias fuerzas. Meditemos tranquilamente en las promesas de Dios.
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