ISAAC, QUE TENÍA UNA NATURALEZA DE EVANGELIO
Génesis 22:13-20 Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto. (13-14) No es fácil que salvemos el mundo si tenemos que enfrentarnos a la gente del mundo que no conoce a Dios. Los hijos y las hijas de Dios deben recibir las bendiciones de Dios y ser considerados con otras personas. Al hacerlo, debemos compartir el Evangelio. Si recibimos cien veces de bendiciones de Dios como Isaac, podremos disfrutar de esta bendición y compartirla con nuestros vecinos y la posteridad (Génesis 26:12). ¿Cómo podemos recibir esta bendición?
1. Naturaleza del Evangelio
Isaac no pudo olvidar el viaje con su padre, Abraham, al Monte Moriah, o el episodio en el que su padre trató de sacrificarlo a Dios. No pudo olvidar que, a punto de morir, Dios había preparado un carnero atrapado en los arbustos para sacrificarlo en su lugar. A través de esta poderosa experiencia cuando era joven, el Evangelio enraizó en el corazón de Isaac, e Isaac no tuvo más opción que disfrutar del Evangelio durante el resto de su vida debido a ello. Cuando el Evangelio se incrusta en nuestros corazones y se convierte en parte de nuestra naturaleza como en el caso de Isaac, podemos disfrutar correctamente de las respuesta que Dios ha preparado.
2. El Evangelio y el trabajo
Necesitamos tener los ojos para ver el Evangelio, la obra que estamos haciendo y el evangelismo como un continuo. Si el Evangelio es una entidad separada de nuestro trabajo, las respuestas cada vez llegarán con menos frecuencia. Las personas que tienen una naturaleza de Evangelio pueden disfrutar de él mientras trabajan o estudian. Las personas que deciden compartir el Evangelio durante su trabajo o estudios son evangelistas. Si trabajamos fielmente en nuestro lugar de trabajo o escuelas mientras disfrutamos del Evangelio, Dios nos dará la fuerza y gracia, y también abrirá la puerta a muchas oportunidades y encuentros para que podamos evangelizar. En ese momento, podremos compartir natural y cómodamente el Evangelio.
3. Respuesta multiplicada por cien
Isaac disfrutó del Evangelio y miró a Dios siempre; y cuando plantó el cultivo de un año cosechó frutos por valor de cien años. Recibió tantas respuestas que otras personas le miraron y le envidiaron, y también encontró un manantial, algo fundamental para Israel en ese tiempo. De la misma forma que Dios dio estas bendiciones a Isaac, si Dios nos da cien veces más de respuestas en nuestras vidas, ¿qué pasaría? Las cosas que no podemos hacer con nuestra propia fuerza se levantarán. Aquellas personas que tienen Evangelio se convierten en figuras importantes en la sociedad e influyen en la cultura. Debemos buscar esta respuesta y disfrutar del Evangelio todavía más en nuestro campo hoy.
Temas para el fórum. Una persona con la naturaleza del Evangelio interpreta todas las situaciones, circunstancias y encuentros con los ojos del Evangelio. Debemos entender la voluntad
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