CON UN COMIENZO CORRECTO, PODEMOS VER EL CAMINO
Hechos 1:12-14 Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos. (14) Puede que haya muchas cosas que queramos hacer y muchas cosas que queramos conseguir; sin embargo, pensar en el plan de Dios es cómo todo comienza para los hijos y las hijas de Dios que conocen el misterio espiritual. Cuando el Evangelio se convierte en una prioridad en nuestra vida, entendemos que no importa las cosas que tenemos o dejamos de tener que no son el Evangelio. ¿En qué está centrada nuestra vida? Pensemos en las cosas que impiden que disfrutemos del Evangelio, y confirmemos si nuestra vida está dentro del movimiento de Evangelismo. ¿Cómo podemos empezar correctamente?
1. El comienzo correcto
Todos los problemas tienen una causa. Todo nos resulta cansado y difícil cuando no encontramos la causa de estos problemas. Antes de derrumbarnos ante los problemas, debemos descubrir en primer lugar qué debemos hacer. No nos dejemos agotar por los problemas que tenemos delante de nuestros ojos; al contrario, miremos el plan que Dios tiene para nosotros y miremos lo que está inmediatamente delante de nosotros. En ese momento Dios nos da lo que realmente necesitamos, nos dice lo que tenemos que hacer y nos ayuda a descubrir Su plan absoluto. El comienzo correcto empieza cuando buscamos el plan de Dios.
2. El camino que Dios ha planeado Cuando
descubrimos el plan de Dios se nos revela el camino que debemos tomar. El plan de Dios no consiste simplemente en objetivos y esperanzas futuras. Dios es el Señor de nuestra vida y nos guiará por medio del Espíritu Santo. Las oraciones reciben respuesta cuando cogemos esta verdad y somos capaces de ver las obras de Dios cumplidas a través de nuestras vidas. La Palabra de Dios se cumplirá en todos los lugares a los que vayamos. Cuando experimentamos esta verdad, Dios nos guía según Su plan en todos los aspectos.
3. Puertas del evangelismo
Las puertas se abrirán cuando seguimos el plan de Dios. El evangelismo no lo hacemos por nuestro poder o fuerza. Dios planeó el evangelismo para hacer Su obra a través de nuestras vidas. Él ha ocultado personas discípulas en cada región y época, y permite que las personas que están preparadas con el Evangelio se encuentren con ellas. Dios no se limitó a preparar puertas del evangelismo en cada región, sino en todo el mundo. Cuando gozamos del pacto en el campo y solucionamos los problemas espirituales con el Evangelio, la gente se aviva y podemos disfrutar de la bendición de la evangelización mundial.
Temas para el fórum. La vida de un hijo o una hija de Dios está bajo la soberanía de Dios. Al meditar sobre el plan que Dios ha preparado para nuestra vida y sobre las puertas del evangelismo que debemos atravesar, preparémonos para comenzar correctamente ahora mismo.