DESAFÍO DE UNA PERSONA CON EVANGELIO
Deuteronomio 6:4-9 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; (7-8) Cerremos los ojos y preguntémonos durante sólo diez segundos: ¿Quién soy? ¿Nos consideramos débiles? ¿Creemos que no tenemos ningún valor? ¿Vemos que estamos muy ocupuados y que ya no nos da el aliento? Si esto es así, necesitamos restaurar nuestra identidad hoy mismo. Si aceptamos y creemos en Jesucristo, somos hijos e hijas de Dios. Jesús ha escondido a personas que han llegado a la conclusión de “sólo Cristo” y las ha diseminado por todo el mundo para que se levanten hasta la cumbre. Lo único que tenemos que hacer es desafiarnos mientras cogemos Su pacto. ¿Cómo debemos afrontar este desafío?
1. Desafiemos
en oración Debemos desafiar en oración con la identidad de un hijo de Dios. Puede que no estemos acostumbrados a vivir en oración y que nos cueste establecer un tiempo para orar. Pero necesitamos desafiarnos para que la oración a tiempo marcado sea una realidad en nuestras vidas para siempre. En este tiempo, debemos descubrir nuestra identidad y restaurar el poder de Jesucristo. Necesitamos recibir la fuerza que nos permita correr el resto de nuestra vida para disfrutar de la bendición de las personas que Cristo necesita y que ha dejado atrás para compartir el Evangelio con el mundo.
2. Desafío del hoy
Nuestras esperanzas no están en un lugar lejano. Cuando nos preparamos poco a poco, podemos ver el futuro que Dios ha preparado. No pongamos la excusa de que nadie nos ayuda; al contrario, recibiremos la bendición de la unicidad si aceptamos el desafío de hacerlo todo exclusivamente mediante Dios. Las respuestas de la unicidad no llegan porque queramos ser los mejores en algo. Llegan cuando descubrimos las bendiciones específicas de cada día dentro de Cristo, que la única solución.
3. Desafío de la lucha espiritual
La lucha espiritual es un misterio extraño a todas las personas que no son salvas y para aquellas que no pueden disfrutar de su propia salvación. Jesús nos ha dado el poder para expulsar a los malos espíritus porque vino para destruir la obra del diablo. Necesitamos pelear la batalla espiritual contra las fuerzas de oscuridad que producen heridas profundas en la familia y que atacan la cultura y las escuelas. Verificaremos que Cristo ya ha luchado y ganado la batalla cuando desafiemos en la batalla espiritual.
Temas para el fórum. Meditemos en la palabra “Cristo”, que es la más importante de toda la Biblia. Cuando los hijos y las hijas de Dios pueden orar en Cristo, lo dan todo. Desafiemos para hacer lo más importante en el día de hoy.