SANIDAD EMOCIONAL
Filipenses 4:6-7 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Si miramos alrededor, vemos que hay personas que se irritan con facilidad, y también personas que parecen estar siempre en paz. El tipo de carácter o las acciones que mostramos dependen en gran parte de los tipos de emociones que guardamos en nuestro corazón. Si nuestro corazón está lleno de pensamientos dañinos o de emociones distorsionadas, veremos todo bajo una luz negativa, y como consecuencia, tomaremos decisiones incorrectas. Cuando nuestro corazón está alegre y en paz, cambia la forma en la que interactuamos con otras personas y no nos desesperamos cuando tenemos problemas. Como resultado, tomamos las decisiones correctas. Por tanto, ¿cómo podemos controlar nuestros sentimientos negativos y restaurar la paz en nuestros corazones?
1. Debemos ponernos delante de Dios
Mucha gente hace meditación y participa en el movimiento chi (energía) para controlar sus emociones. Sin embargo, esto sólo nos proporciona un alivio temporal y no una paz continua. Los siete Remanentes de la Biblia pensaron y actuaron delante de Dios, y por esta razón, no tuvieron motivos para estar preocupados o ansiosos por nada. Siempre recordaron la bendición de Emanuel, es decir, de que Dios estaba a su lado, y pensaron con ojos espiritual y siguiendo principios espirituales en lugar de con los ojos del mundo. En ese momento, toda su ansiedad, rabia, enfado y tristeza se restauraron en forma de razones para dar gracias.
2. Debemos obtener la fuerza que sobrepasa incluso a nuestro sentimientos heridos
La gente es débil, y por ese motivo, no puede controlar sus emociones. Sin embargo, Dios conoce los pensamientos y corazones de Sus hijos e hijas, los llena de valentía cuando hay problemas y asegura su paz ante las circunstancias. Recibiremos la fuerza para superar nuestros sentimientos heridos cuando obtenemos fuerza espiritual mediante la oración. Pablo bendijo a Timoteo para que se fortaleciera en la gracia que es en Cristo Jesús (2 Timoteo 2:1). No hay motivo para temer por las personas que han experimentado el poder de Dios.
3. Debemos ser felices con el Evangelio
El mundo nos dice que la gente sólo puede ser feliz con dinero, prestigio y una buena educación. Sin embargo, la verdadera felicidad no se encuentra en el mundo. Podremos gozar de nuestros estudios y de nuestro trabajo con el poder de Dios cuando hayamos restaurado la oración y la meditación de la Palabra cada día. También podremos descubrir la felicidad. Entonces, Dios se responsabilizará de nuestros futuros y nos guiará por el mejor camino si cogemos Su Palabra que nos ha dado hoy y nos esforzamos delante de Él. Esta es la vida que es feliz en el Evangelio.
Temas para el fórum. ¿Tenemos heridas constantes y sentimientos extraños en nuestro corazón? Recordemos que el Evangelio es la única respuesta y pongámonos delante de Dios hoy en oración.