EL SEÑOR QUE HIZO LA TIERRA
Jeremías 33:1-9 Así ha dicho Jehová, que hizo la tierra, Jehová que la formó para afirmarla; Jehová es su nombre: Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. (2-3) Cuando el pueblo de Israel perdió el pacto, Babilonia tomó cautivos a sus habitantes y el profeta Jeremías fue acusado de favorecer a los babilonios y encarcelado. El futuro de Jeremías parecía oscuro, pero él ni se angustió ni se frustró por ello. El motivo es que creía que Dios era su refugio y su fuerza. ¿ Cómo podemos gozar de la gracia de Dios como Jeremías, quien confiaba todo a Dios?
1. La Palabra de Dios vino sobre Jeremías
Dios le dijo a Jeremías que Lo llamara cuando estaba atravesando una crisis mientras estaba encerrado en el patio de la guardia. Dios tenía un plan para Jeremías para restaurar el Evangelio que el pueblo de Israel había perdido, teniendo en cuenta que Babilonia sería destruida en el futuro. Jeremías oró hasta que la Palabra de Dios vino sobre él para cumplir con las obras incomparables de Dios, que hizo la Tierra, la formó y la estableció.
2. Debemos encontrar las respuestas en nuestros problemas y dificultades
Como hijos e hijas de Dios, debemos ser capaces de descubrir el plan de Dios en nuestros problemas y sufrimientos porque Dios también nos ha dado eso. Sin embargo, cuando nos ocurren cosas frustrantes, no podemos orar, y cuando sentimos cargado el corazón, no podemos ni estudiar. Nuestra mente se consume en toda clase de pensamientos inútiles, y una vida que se ha derrumbado lleva mucho tiempo restaurarla. En esos momentos, no debemos rendirnos; al contrario, debemos encontrar la respuesta que Dios nos ha dado.
3. Debemos dedicar tiempo a orar sin caer en engaños
Si nos dejamos llevar por pensamientos pesimistas durante demasiado tiempo, al final se convertirán en malas ideologías y nos complicarán la vida. Las ideologías que se han consolidado durante largo tiempo son complicadas de cambiar, y nos sumen en pensamientos egocéntricos que no son nada objetivos. Nuestros pensamientos y nuestra naturaleza obstaculizan una vida centrada en el Evangelio. Comencemos la oración que pone el Evangelio en el centro de nuestra vida y la oración que hace que la Palabra de Dios mueva nuestros pensamientos y nuestros corazones.
Temas para el fórum. Puede que no nos enteremos cuando las cosas nos vayan bien; sin embargo, nos resulta muy fácil perder nuestro estatus y autoridad como hijos e hijas de Dios cuando algo nos sale mal. Cuando esto sucede, nos enfadamos con Dios. En primer lugar, debemos empezar la oración para gozar de nuestro estatus y autoridad.