LA FUENTE DE LA FUERZA QUE LOS MÁS PEQUEÑOS DEBEN DISFRUTAR
Hechos 11:19-30 Y la mano del Señor estaba con ellos, y gran número creyó y se convirtió al Señor. Llegó la noticia de estas cosas a oídos de la iglesia que estaba en Jerusalén; y enviaron a Bernabé que fuese hasta Antioquía. Este, cuando llegó, y vio la gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor. Porque era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor. (21-24) A lo largo de la vida tomamos decisiones sobre el futuro basadas en nuestro marco de pensamiento o en nuestro sistema de valores. Sin embargo, hay ocasiones cuando nuestros pensamientos personales o nuestros estilos de vida no nos sirven de ayuda; al contrario, ejercen una mala influencia. En lugar de desesperarnos y desanimarnos por causa de nuestra debilidad, debemos cambiar nuestro marco y nuestro sistema de valores para que se corresponden con los de los hijos y las hijas de Dios. Por tanto, ¿cómo podemos conseguirlo?
1. Debemos cambiar correctamente nuestros cimientos y fundamentos
Aunque quizá no seamos conscientes, si nuestros cimientos están mal puestos, inevitablemente surgirán dificultades en nuestra vida social y nuestras relaciones interpersonales. Para vivir una vida de fe y una vida social correctamente, debemos en primer lugar tener una fe que conecte con Dios, una postura básica para sostener nuestra vida social y nuestras relaciones personales, y también ser capaces de detectar cualquier debilidad en nuestro trabajo o estudios. Debemos cambiar una a una estas cosas a medida que las confirmemos.
2. Debemos renovarnos todos los días y cambiar nuestra naturaleza por una de evangelismo
Los siete Remanentes y las personas miembro de la Iglesia Primitiva vieron lo que había de incorrecto en ellas y comenzaron a solucionarlo. La razón por la que no podemos tener éxito en el trabajo o en los estudios es porque o desconocemos nuestros problemas o porque no cambiamos a pesar de saber que estamos equivocados. Abraham, Moisés y Elías experimentaron muchas dificultades por causa de su ideología, pero Dios empezó a guiarlos cuando cambiaron su naturaleza al escoger la fe.
3. Sólo debemos apoyarnos en Jesucristo
Las personas que formaban la Iglesia Primitiva no poseían muchas riquezas o una estabilidad material. Además, tampoco eran personas muy instruidas. Sin embargo, reconocían sus debilidades y comprendieron que la mayor bendición es mirar sólo a Jesucristo. Comenzaremos a recibir respuestas inimaginables cuando reconozcamos nuestras debilidades delante de Dios y le confiemos el principio y el fin de nuestras vidas.
Temas para el fórum. Analicemos con cuidado la naturaleza de nuestros problemas. Encontremos nuestros problemas ocultos, y cambiemos nuestra naturaleza por la de una persona evangelista, tal y como Dios desea.