EL TEMPLO DE LA PASCUA Y LOS PANES SIN LEVADURA
Levítico 23:1-8 | Seis días se trabajará, mas el séptimo día será de reposo, santa convocación; ningún trabajo haréis; día de reposo es de Jehová en dondequiera que habitéis. Estas son las fiestas solemnes de Jehová, las convocaciones santas, a las cuales convocaréis en sus tiempos (V. 3-4).
Muchas personas están afligidas por la ansiedad del futuro. Sin embargo, si conocemos y restauramos el valor del Evangelio que Dios nos ha dado, que es el valor del Evangelio y el valor del culto, no es necesario que tengamos la ansiedad. Si Dios definitivamente tiene su voluntad, Él cambia el futuro a la hora que damos el culto. ¿A qué tenemos que aferrarnos el día de hoy?
1. La bendición del culto.
Si estamos dentro de la destrucción, no vale para nada aunque tengamos muchas cosas. Por eso, ciertamente tenemos que tener la verdadera paz dentro del pacto. Cuando la verdadera paz dada por Dios cambia lo grabado, la raíz y la naturaleza en nuestro espíritu, se levantan las obras. Solamente la paz de Dios puede sanarnos.
2. La verdadera liberación y el verdadero poder
El día que pusieron la sangre del sacrificio, pudieron ser liberados de la esclavitud. De la misma manera, tenemos que disfrutar de la verdadera liberación de salir de las tinieblas y de nuestros propios pensamientos. Luego, tenemos que obtener el verdadero poder. Con este poder podemos superar todo en el desierto, que es un lugar donde tenemos que seguir caminando. En el culto, podemos tener todas las bendiciones.
El culto con el pacto y la oración con el pacto pueden solucionar todo. Nosotros miramos la actualidad presente pero tenemos que ver algo más importante, que es la realidad espiritual. Cuando el Espíritu Santo obra, se quebrantan las fuerzas de las tinieblas.
¡Dios! Que el culto del día de hoy sea el culto donde podemos disfrutar de la verdadera liberación y del verdadero poder. A través del culto donde nos aferramos al pacto, que podamos disfrutar de las obras del Espíritu Santo. Oramos en el nombre de Jesucristo. Amén.
1er Mensaje de la Iglesia de Emanuel de Seúl | 30. 8. 2020