UN DIOS QUE SANA
Levítico 13:9-17 “Cuando hubiere llaga de lepra en el hombre, será traído al sacerdote.”
Dios sanó el pueblo de Israel en el desierto y la manera fue a través del culto. Por eso nosotros también vivimos una vida como el desierto para que veamos como Dios nos restaurará con su poder. Entonces ¿A qué debemos aferrarnos dentro del pacto?
1. Desechemos todas las cosas inmundas
En el desierto hay muchas cosas inmundas. El pueblo de Israel quiso resolver sus problemas confiando en esto. Es lo mismo ahora, aún desean resolver sus problemas con cosas que no nos pueden salvar. Pero Dios les dio su palabra a sus hijos. Por eso tenemos que poner en nuestro corazón el pacto absoluto de Dios, el evangelismo, las misiones y la evangelización mundial y no otras cosas.
2. Seamos libres de las enfermedades espirituales y cambiemos nuestro destino
Hay algo muy importante en vez de resolver una enfermedad que ha estado por mucho tiempo en nosotros. Lo fundamental es ser libre de la enfermedad espiritual. Cuando la enfermedad espiritual es sanada entonces las enfermedades físicas son resueltas. Dios nos ha llamado como real sacerdocio para detener los desastres (1ª Pedro 2:9). Por eso, no es necesario estar dentro del destino de nuestro pasado. Cuando nos aferramos a este pacto entonces podremos experimentar las obras que cambian nuestro destino.
Cuando los hijos de Dios conocen el pacto y se aferran a este misterio del mundo espiritual, entonces es Dios que manifestará sus obras a través de nuestras vidas y las tinieblas serán derrumbadas. Las respuestas vendrán en el horario exacto, por eso solamente hay que esperar dentro de este horario. En el momento que traigamos nuestras dolencias ante de Dios entonces ese día será el día de la sanidad.
Dios, que podamos salir de todo nuestro destino, maldiciones y desastres aferrándonos al pacto y que podamos recibir las respuestas de la cumbre. Oramos en el nombre de Jesucristo. Amén
1er Culto de la Iglesia Emanuel |9.8.2020